loader image

Los primeros meses de cada año se empieza a desgranar la información que muestra el desempaño de todo el país con respecto al periodo anterior. Uno de los termómetros más importantes que tenemos en México es el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) que genera información de gran valor para todos los niveles de la administración pública, para especialistas y, en general, para todo aquel que se interese en conocer la realidad basándose en datos duros y comprobables.

El INEGI acaba de publicar su Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) correspondiente al tercer trimestre de 2022, que coloca a Morelos como la entidad con la mayor disminución en su actividad económica, con una baja de 3.8 por ciento. Pero no es un caso aislado: 12 entidades aún resienten en su economía los efectos de la pandemia y se encuentran por debajo a los niveles que mostraban antes del COVID, como aseguraSofía Ramírez, directora general de la asociación civil “México ¿cómo vamos?” que ofrece al público análisis de diversos tópicos, nacionales y estatales, basados en información pública como la del INEGI.

De acuerdo con esta organización, la economía de Morelospresenta claroscuros. Por un lado, a pesar de la disminución en su actividad productiva en el último trimestre, conserva una tasa de crecimiento favorable; la deuda pública se mantiene estable; la desigualdad laboral no se ha incrementado y la ocupación del gobierno es aceptable.

Por el otro, está muy lejos de crear suficientes empleos formales pues de los deseables 19 mil 200, solo se crearon 2 mil 587 en 2022; el nivel salarial en Morelos se encuentra por debajo de la media nacional, aquí se paga entre 108 y 110 pesos por hora, mientras que el promedio nacional es de 153 pesos.

En el porcentaje de pobreza laboral, nuestra entidad también está varios puntos arriba del promedio nacional (entre el 47.6 al 50.5 por ciento contra 40.1 por ciento), y la tasa de informalidad de la economía local también supera con mucho a la nacional (entre 65.6 al 61.7 por ciento contra 51.2).

Regresando a los datos del INEGI, el tercer trimestre de 2022 ha sido uno de los peores en los últimos años, solo superado por el segundo trimestre de 2020, cuando la economía morelense experimentó una contracción de casi el 19 por ciento. 

Gracias a los datos del Instituto se puede observar una tendencia a la recomposición de las actividades productivas de toda la región Centro-Sur, de la que Morelos forma parte: las actividades primarias decaen mientras que las secundarias -marcadamente la industria manufacturera- y las terciarias, principalmente gracias al comercio, crecen.

Todo parece indicar que el COVID y la realidad se conjuntaron para modificar la forma en que la gente se gana la vida en Morelos, cuya riqueza es generada en el sector terciario desde hace tiempo.

Si esto es un fenómeno coyuntural o no, será motivo de nuevos análisis de las Instituciones y organizaciones independientes, lo cierto es que la economía estatal parece guiarse por la iniciativa de los ciudadanos y por las circunstancias, sin que medie conducción a mediano y largo plazos por parte de aquellos que tienen la facultad y la responsabilidad de hacerlo mediante programas de fomento, desregulaciones o la modernización del marco legal.

Este tipo de información debería dar sustento a una verdadera estrategia de desarrollo y a una genuina política económica, de las cuales carecemos.

Zafra

La Corte ya aceptó que, por lo menos la controversia, es constitucional. Un respiro para el Ejecutivo Estatal

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *