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El extenso patrimonio artístico, histórico y cultural de Morelos es motivo de profundo orgullo e identidad local, pero a su vez entraña una grave responsabilidad en torno a su cuidado y preservación. Hablar de ello en Morelos, no es cosa menor pues partimos desde los ricos vestigios Olmecas en nuestro territorio que datan según los registros del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de más de 1,500 años antes de Cristo. A partir de entonces se consolidó un rico legado precortesiano que fue sucedido por la también destacada herencia virreinal. En suma, el patrimonio monumental de Morelos trasciende nuestras fronteras, no en vano el cordón de once conventos del lado morelense de las faldas del Popocatépetl, así como la Acrópolis de Xochicalco, hoy son Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)

A lo anterior se añaden verdaderas joyas a lo largo y ancho de la geografía del antiguo Tamoanchan, van desde los “escudos bruñidos” de Chimalacatlan al imponente Palacio de Cortés o una ermita perdida en los altos de Morelos. El patrimonio debe sortear infinidad de dificultades, que parten desde el ineludible paso del tiempo, las vicisitudes de haber sido escenario de las jornadas convulsas del siglo XIX y la cruenta revolución del sur, a la anarquía urbana o el saqueo y la ignorancia e indiferencia de quienes debieran ser sus naturales custodios. Como si lo mencionado no fuera suficiente, nuestros tesoros también están expuestos a los embates de la furia de la naturaleza, como lo fueron los sismos de septiembre de 2017 que en Morelos dejaron cientos de inmuebles históricos dañados.

Dichos fenómenos naturales representaron la mayor afectación a nuestro patrimonio en la historia, los morelenses vieron impotentes como cayeron sus casas y negocios, pero también las añejas y centenarias construcciones que han sido su paisaje y entorno cotidiano. Aquí cobró relevancia la labor desplegada por el INAH con presencia ininterrumpida en el estado desde hace 50 años. El Centro INAH Morelos en conjunto con la Secretaria de Cultura Federal no han cesado desde entonces en el esfuerzo por restituir lo dañado, siendo fundamental la aplicación de oportunas herramientas federales como lo es el Programa Nacional de Reconstrucción (PNR) creado precisamente para atender la contingencia de los mencionados sismos y que, a su componente social, se añade el rubro referente a la reconstrucción del patrimonio cultural dañado.

Es del dominio público que a pesar de que México cuenta con una Secretaria de Cultura Federal de la cual forma parte el INAH, los recursos para preservar el patrimonio de la nación no serán nunca suficientes ante la inmensidad del mismo, y es aquí donde se incorpora el esfuerzo de la sociedad civil.

En Morelos está presente desde 1989 el Consejo Nacional Adopte Una Obra de Arte a través de su consejo estatal. El Consejo Estatal Morelos de dicha asociación fue el segundo en incorporarse en México a esta notable iniciativa. Desde entonces Adopte Morelos, no ha cejado en un empeño constante por bregar por el rescate del patrimonio artístico, histórico y cultural de la entidad. Entre sus acciones más destacadas se encuentran el inventario del tesoro artístico de la catedral de Cuernavaca, la restauración de la pinacoteca de dicha catedral con 58 oleos de los siglos XVI a XIX, la restauración del mural “Conquista y Revolución” de Diego Rivera en el Palacio de Cortés, la restauración integral con retablo incluido de la capilla de la Tercera Orden de la Catedral de Cuernavaca y el monumental Museo de Arte Sacro de Cuernavaca, donde la Diócesis tiene pendiente la asignatura moral e histórica de imponer el nombre de Francisco Plancarte y Navarrete, Segundo Obispo de Cuernavaca.

Ahora el Consejo Estatal Morelos de Adopte una Obra de Arte A.C., fiel a su espíritu y trayectoria, bajo la supervisión del INAH y con fondos provenientes del PNR, llevara a cabo importantes labores para la reconstrucción del convento de Santiago Apóstol en Jiutepec, la parroquia de San Marcos Evangelista en Tlayecac, Municipio de Ayala y el emblemático Palacio Municipal de Jojutla. Las obras que arrancan la semana entrante, en su conjunto suman 22 millones de pesos y están programadas para entregarse en seis meses.

El impulso de las autoridades federales junto a la sociedad civil da muestra de que recobrar en Morelos el patrimonio casi perdido no solo en 2017, sino a lo largo de décadas es posible, será ahora obligación de todos los morelenses preservarlo y estar siempre atentos de él.

*Escritor y cronista morelense.

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San Francisco de Andrés de la Concha, siglo XVI, Museo de Arte Sacro de Cuernavaca, foto de Adalberto Ríos Szalay.