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Xólotl el dios hermano de Quetzalcóatl. (Xolotl, teotliteiccauhQuetzalcoatl)

Segunda y última parte

 

 La leyenda de Xólotl nos cuenta lo siguiente “…El sol no se movía, estaba clavado en el cielo. Y el Consejo de los Dioses aztecas discutía el hecho de que para lograr que el sol comenzara a surgir, y que junto a él comenzara a moverse la gran rueda de la vida de la humanidad, uno de ellos tendría que ser sacrificado… Xólotl fue el elegido. El Dios Xólotl rehusó la muerte y comenzó a huir cuando vio llegar al verdugo, y pensó ocultarse en las milpas, convirtiéndose en una planta de maíz de dos cañas (Xolotl). Se sintió descubierto y corrió velozmente, ocultándose en un magueyal, donde tomó la forma de penca doble, (metxolotl). Pero una vez más lo encontró el verdugo y escapó nuevamente introduciéndose en el agua, donde se transformó en un pez llamado axolotl (renacuajo de 20 cm de largo, la salamandra azteca), siendo esta su última metamorfosis, pues finalmente el verdugo lo atrapó.

Xólotl encarna las dualidades fundamentales de la existencia: vida y muerte, luz y oscuridad, caos y orden. Estos contrastes se manifiestan en sus mitos y funciones religiosas, haciendo de Xólotl una figura de inmensa complejidad y profundidad.

  • Transformación: Xólotl simboliza la inevitable transformación que experimentan todos los seres. Su capacidad para cambiar de forma y transitar entre mundos enfatiza la naturaleza fluida de la existencia y la posibilidad de renovación incluso en la muerte.
  • Sacrificio: En algunos relatos, Xólotl se asocia con el sacrificio, no como un acto de violencia, sino como una necesaria transición hacia una nueva forma de ser. Este sacrificio puede interpretarse como el abandono de lo antiguo para dar paso a lo nuevo, un tema recurrente en la cosmovisión mesoamericana.
  • Renovación: Finalmente, Xólotl representa la renovación que sigue a la destrucción. Así como el día sigue a la noche y la primavera sigue al invierno, la presencia de Xólotl asegura que después de cada final vendrá un nuevo comienzo.

Estas dualidades no solo ilustran las múltiples facetas de Xolotl sino que también reflejan una comprensión más amplia de la vida y el universo en la cultura mexica, donde la confrontación entre opuestos es esencial para el mantenimiento del equilibrio cósmico.

Además, la imagen de Xólotl y su asociación con el Xoloitzcuintle han experimentado un resurgimiento en la cultura popular, siendo adoptados como símbolos de identidad nacional y patrimonio cultural en México. Esto se refleja en el creciente interés por las razas de perros nativas y en la inclusión de Xólotl en eventos culturales y públicos que celebran el rico patrimonio prehispánico del país.

*Sergio Villalobos Guzmán. Tlayecanqui de Energías Renovables, Gubernatura Superior Indígena

Animal con la boca abierta

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Foto: UNAM