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(1ª Parte)

 

“Tenía a Dios de mi lado”. Donald Trump

Empiezo con un tema que me sorprendió, un profeta colombiano al principio de este año diciendo en un Congreso en Brasil que Donald Trump tendría un atentado, del que sobreviviría para después ganar la elección presidencial en los Estados Unidos. (https://www.youtube.com/live/NynXCxZMki8?si=jlwo4aahaNYLw5Qy minuto 1:08) Sin dejar de aceptar la existencia de profecías y profetas, no soy de la línea doctrinal cristiana-evangélica afín a este “mover profético” porque, en mi opinión, se presta mucho a charlatanería y emocionalismo, creo que le ha hecho mucho daño a la Iglesia en México. Por eso, cuando escucho alguna profecía que al final si se cumple, me llama la atención, como es el caso. Un atentado de esta magnitud es difícil de predecir y no tengo duda sobre el efecto que tiene sobre un sector del electorado afín a temas religiosos. Que Trump haya sobrevivido para muchos estadounidenses será la señal que como dijo Trump: Dios está de su lado. El mesianismo a su máxima expresión. En lo particular, no lo comparto.

Han habido muchos atentados en la historia de los Estados Unidos, pero en mi opinión son 5 los mas importantes. Para tres personajes políticos fueron fatales, mientras que dos lograron sobrevivir. Los tres que fueron fatales se ejecutaron en contra de dos presidentes en funciones y uno mas contra un líder histórico afroamericano, los tres se volvieron iconos en los Estados Unidos. Los magnicidios tanto de Abraham Lincoln (14 de abril de 1865); como de John F. Kennedy (22 de noviembre de 1963); y del Dr. Martin Luther King Jr. (4 de abril de 1968) dejaron una huella imborrable en la historia de su pais e incluso en la historia mundial.

Los dos que sobrevivieron Ronald Reagan (30 de marzo de 1981) siendo presidente en funciones y del expresidente y candidato a la Presidencia Donald Trump (13 de julio del 2024) han tenido distintos efectos por los momentos históricos en los que suceden. Partiendo del impacto que dejaron estos atentados me propongo delinear algunos de los efectos políticos y sociales; económicos; mediáticos; de seguridad interior; culturales; religiosos; e internacionales. Partiendo que tuvieron una similitud, una característica en común: la polarización.

Los efectos políticos y sociales del asesinato de Abraham Lincoln, que se da justo al final de la Guerra Civil, dejó un vacío de liderazgo en la nación y las relaciones raciales no se resolvieron principalmente en el sur de los Estados Unidos. Después de la Decimotercera, Decimocuarta y Decimoquinta enmiendas a la Constitución, el gran legado de Lincoln, que abolieron la esclavitud y garantizaron los derechos civiles y de voto, los Estados Unidos vivían tiempos de polarización. A la muerte de Lincoln, la implementación se vio obstaculizada y se sentaron las bases para las leyes de segregación propuestas por Jim Crow, leyes que durarían ¡casi 100 años! El sucesor de Lincoln, Andrew Johnson, readmitió rápidamente a los estados del sur a la Federación dejando pendiente la igualdad de los recién emancipados esclavos. Johnson que por cierto llego hasta el juicio político (impeachment) para ser removido del cargo fue absuelto por un solo voto. La muerte de Lincoln retrasó un siglo los derechos civiles para hacer efectivas las famosas enmiendas constitucionales.

Con Kennedy pasó algo similar. Su sorpresiva muerte dejó en vilo los cambios en la lucha por los derechos civiles y la postura de los Estados Unidos ante la guerra fría. El país quedó traumatizado y polarizado después de su asesinato, sin embargó se provocó la aceleración de una agenda social encabezada por los derechos civiles. La primera Ley de Derechos Civiles de 1964, un año después de su muerte, prohibió la discriminación basada en la raza, el color, la religión, el sexo y el origen nacional. La agenda social de Lyndon B. Johnson, sucesor de Kennedy, conocida como la “Gran Sociedad” para eliminar la pobreza y la injusticia racial provocó cambios políticos inmediatos. Es en esos tiempos donde los debatidos programas del MediCare y del MedicAid surgen, buscando proporcionar atención medica a los ancianos y a los más pobres. El impacto fue claro y casi inmediato.

Con el asesinato del Doctor King, por su parte, se fortaleció el Movimiento por los Derechos Civiles, unió a algunas facciones del propio movimiento y reforzó la lucha por la igualdad racial y la justicia social de la comunidad afroamericana. Propició la aprobación de la segunda versión de la Ley de Derechos Civiles en el mismo año de su asesinato en 1968 y de la Ley de Vivienda Justa que pretendía combatir la discriminación racial en la vivienda. Como un homenaje al Doctor King el sucesor de Kennedy, Lyndon B. Johnson, impulso una agenda social aún más agresiva con el propósito de que las añejas enmiendas de Lincoln adquirieran vigencia. Pero no todo fue miel sobre hojuelas, algunos sectores del movimiento se radicalizaron pues estaban en contra de los métodos no violentos de King. Buscaban cambios sociales inmediatos y contundentes, fueron momentos turbulentos en la historia de los Estados Unidos.

Es muy pronto para decir qué efectos políticos tendrá el atentado contra Trump pero todo parece indicar que será muy parecido al que sufrió Ronald Reagan, es decir, se fortalecerá. La imagen de un presidente en una cama de hospital sonriendo y optimista dio al segundo mandato de Reagan un nuevo impulso. En el caso de Trump, la foto con el rostro ensangrentado y el puño levantado, con la bandera de los Estados Unidos ondeando y el servicio secreto auxiliándolo no solo dio vuelta al mundo, sino que ya se volvió en la imagen de su campaña presidencial. Lo inédito de este fallido atentado es que se da en momentos electorales. La imagen de Trump se consolida ante su electorado y no se ve como Biden, si continua en la carrera electoral, pueda derrotarlo.

Los efectos económicos de los magno atentados también son profundos. El impacto inmediato en los mercados financieros que, como es costumbre siempre reaccionan con nerviosismo y volatilidad, dejan siempre una estela de incertidumbre económica que termina afectando a todo el conjunto de la economía. Cuando se confirman los atentados, si son fatales, los mercados se caen y la recuperación suele ser lenta. Esta respuesta refleja la sensibilidad de los mercados financieros a eventos políticos inesperados, y el papel crucial que juega la figura presidencial en la confianza de los inversionistas. Si no son fatales, generalmente la recuperación es muy rápida, como analizaremos.

Con la muerte de Lincoln, más los efectos económicos devastadores de una guerra civil, se hicieron sentir sobre todo en los Estados del Sur, recordemos que su economía estaba basada en la esclavitud. “Cuarenta acres y una mula” la política de Lincoln para la redistribución de la tierra a los antiguos esclavos no se completó, al contrario su sucesor, Andrew Johnson, restituyó tierras a los grandes hacendados sureños. El impacto histórico del asesinato de Lincoln también se vivió en la vocación económica pues el país siguió dividido, el norte se volvió aún más industrial y el sur aún más agrícola, la diversidad económica regional fue significativa.

Con Kennedy, los mercados financieros se desplomaron y se recuperaron poco a poco ante la transición seria y ordenada de Lyndon B. Johnson. El Revenue Act de 1964, que redujo los impuestos para estimular la inversión y fomentar el crecimiento, surtió sus efectos tantos positivos como negativos. El desarrollo urbano, sobre todo en torno a la construcción de vivienda, el crecimiento del gasto público creció sobre todo en materia social y el déficit fiscal se convirtieron en temas centrales, una especie de nuevo “New Deal” como en los tiempos de Roosevelt surgió en nuestro vecino país del norte.

Con el asesinato del Dr. King hubo disturbios en mas de 100 ciudades, destrucción de propiedades, saqueos e interrupción de la actividad económica en muchas regiones de los Estados Unidos. Se redujo la inversión en áreas percibidas como inestables; sin embargo se mejoró el acceso a la educación, la inclusión económica y la inversión social de los afroamericanos. Es decir, efectos contradictorios inmediatos que tuvieron como siempre consecuencias positivas y negativas.

Con el atentado de Reagan, el efecto fue que pudo impulsar su agenda económica, básicamente la reducción de impuestos. Ante la percepción de un liderazgo fuerte en periodos que pueden ser marcados como de incertidumbre, Reagan sacó provecho. Sin embargo, ante la reducción de impuestos la consecuencia fue la de siempre: el déficit fiscal y la deuda nacional aumentaron.

Con respecto al reciente ataque a Trump la preocupación de los mercados radica justamente en la seguridad de este personaje, sobre todo ante todas las preguntas que surgieron después de su atentado. Si fue un milagro lo que salvó a Trump por qué no pensar que puede volver a ser blanco de otro ataque. Es decir, la turbulencia financiera no puede descartarse. Sin embargo, la rápida reacción de Trump y el verlo aparecer públicamente dio certeza a los mercados por lo que el clima de volatilidad se apaciguó.

Incluso el Bitcoin se disparó, la criptomoneda que ha sido aplaudida por Trump creció un promedio de entre 6 al 8% de su valor antes del atentado. Ether, otra criptomoneda, también subió a niveles cercanos al 6%. Gracias a Trump, al ser procripto y ante el crecimiento de la posibilidad de su victoria, los analistas empiezan a apostar nuevamente que los intentos por regular al sector cripto no pasarán. Este análisis se fortalecerá si Trump, como está anunciado, se presenta el próximo 27 de julio a la Convención anual del “Bitcoin 2024” a celebrarse en Tennessee. Por lo pronto, la empresa Trump Media & Technology Group se disparó y acumuló más de 32% de ganancias en la Bolsa de Valores de NY. Ahí están los primeros efectos.

Una huella imborrable en la memoria colectiva de los Estados Unidos ha dejado los atentados a grandes personalidades políticas, que los ha llevado en su vulnerabilidad como sociedad a una reflexión nacional. Ojalá en esta ocasión no se equivoquen y el nuevo mesianismo trumpista o Trumpmaniacs -como ellos se llaman- no lleven a un escenario de más polarización. El mundo no está para eso, al contrario. Por lo pronto, queda demostrado la interconexión entre estabilidad política y confianza económica, de ahí que lo debemos promover es la pacificación y la reconciliación, estas armas humanas, que también está demostrado, vencen la violencia y la polarización.

(Continuará)