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Ubicado entre las calles de Galeana, Gutenberg, y Miguel Hidalgo, en pleno centro de Morelos, el Palacio de Gobierno es un edificio relativamente nuevo en la zona histórica de Cuernavaca. En contra de inmuebles de 1529, como su vecino Palacio de Cortés, o de 1534 cuando se fundó el Convento de la Asunción que en 1891 se convirtió en la Catedral de Cuernavaca; la sede del Poder Ejecutivo en Morelos se terminó de construir en la segunda mitad del siglo pasado.

Aunque fue erguido como casa del pueblo de Morelos, el acceso al Palacio de Gobierno ha sido restringido a la ciudadanía prácticamente desde el sexenio de Sergio Estrada Cajigal, aunque hubo ocasiones en que los gobernadores Antonio Riva Palacio López y Jorge Carrillo Olea, recurrieron al uso filtros de seguridad cerrando las pesadísimas rejas de acceso, o hasta de vallas para cercar los accesos en casos de manifestaciones multitudinarias o agresivas, y por supuesto; o para ceremonias de la élite política, como la del Grito de Independencia.

Los gobiernos panistas de Sergio Estrada Cajigal y Marco Adame Castillo pusieron filtros de seguridad más o menos estrictos en los que un guardia preguntaba a qué iba uno, a veces pedía la credencial de elector, y le permitía el paso después de anotarse.

Poco antes de concluir el sexenio de Marco Adame, y frente a la crisis de violencia que comenzaba en el estado, organizaciones ciudadanas instalaron en una de las grandes rejas del edificio el Memorial de Víctimas, que cada año suma más retratos de personas víctimas de homicidios y desapariciones forzadas en el estado. El acceso al memorial también se cierra cada vez que se instalan las vallas metálicas en los alrededores. Aún con ello, el sitio es escenario frecuente de encuentros de familiares de víctimas con los medios de comunicación a través de los que imploran justicia. Tampoco estos grupos tienen acceso fácil a las oficinas ubicadas en Palacio de Gobierno.

La renovación del Memorial de Víctimas en el sexenio de Cuauhtémoc Blanco. Foto: Archivo

Graco, vallas y represión a los manifestantes

Graco Ramírez llegó al gobierno en 2012 y cambió el escudo del Ejecutivo y el nombre del edificio que dejaría de ser Palacio de Gobierno para convertirse en Casa Morelos, pues decía que era un espacio de los morelenses; sin embargo, los controles de entrada al recinto se volvieron mucho más estrictos, hasta el grado de, en 2016 cuando su enfrentamiento con la Universidad Autónoma del Estado de Morelos llegó a su punto más álgido, instalarse de forma ya permanente las vallas blancas que impedían a la ciudadanía acercarse a la terraza de acceso.

La vida política en el Morelos de 2016 era tensa, el Frente Amplio Morelense, marchaba en exigencia de juicio político al gobernador Ramírez, a quien acusaban de corrupción, ineficiencia en materia de seguridad pública, gobernar con mentiras y engaños, violar los derechos humanos de los morelenses, entre otros señalamientos. El gobierno trató a los manifestantes como enemigos y en sus comunicados de prensa acusaba a los manifestantes de violencia.

El Frente Amplio Morelense se instaló en un plantón en la plaza de armas de Cuernavaca el 17 de agosto de 2016; menos de dos semanas después, el 30 de agosto, la policía desalojó el plantón, primero en la madrugada, y luego cuando los manifestantes quisieron reinstalarlo, a mediodía fueron nuevamente repelidos por cientos de policías, según consta en las crónicas periodísticas sobre los hechos.

Después de eso, la Casa Morelos (que los morelenses siguieron llamando Palacio de Gobierno), permaneció prácticamente cerrada a la ciudadanía.

Cuauhtémoc Blanco y la incumplida promesa de reabrir la casa del pueblo

En octubre de 2018, Cuauhtémoc Blanco asumió como gobernador del estado, y aunque en su campaña había prometido el acceso libre a la sede del Ejecutivo, sólo lo cumplió algunos días. Muy pronto volvieron los filtros estrictos y las ocasionales vallas para restringir el acceso. Lo que si cumplió fue devolverle el nombre de Palacio de Gobierno. El 11 de marzo del 2019 se publicó el decreto en que se modifica el nombre con el argumento de que “desde la erección del Estado, la sede oficial del Poder Ejecutivo siempre había sido referida como “Palacio de Gobierno”, denominación identificada por todos los morelenses; motivo por el cual se estima importante regresar a tal nomenclatura de origen, respetando así la historia, cultura y tradición cívica en torno al inmueble que nos ocupa y que se localiza en Plaza de Armas S/N, Colonia Centro, de la Ciudad de Cuernavaca, Morelos”.

El cierre de puertas de Palacio de Gobierno continuó. Hace apenas unos meses, maestros jubilados quisieron acceder al inmueble para demandar el pago de adeudos del Instituto de la Educación Básica. El personal de seguridad (filtro) no les permitió el acceso, maestras jubiladas empujaron la puerta para impedir que se cerrara, una de ellas puso un pie para evitarlo y otra metió la mano; los responsables de la seguridad empujaron la pesada reja y lesionaron a una de las maestras, a otra le encadenaron la mano provocándole heridas.

El futuro del Palacio de Gobierno como centro cultural

La gobernadora electa, Margarita González Saravia, se reunió con maestros de la sección 19 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (al que pertenecen las maestras jubiladas lesionadas), y sin hacer referencia específica al hecho, adelantó lo que le espera al edificio sede del Ejecutivo a partir de octubre.

“El Palacio de Gobierno, que está ahora cerrado va a abrir sus puertas completamente para que ustedes lleguen ahí. Estaremos ahí con exposiciones, con eventos culturales, en donde ustedes también pueden participar”, aseguró.

El Palacio de Gobierno pasará de una fortaleza para resguardo del Poder Ejecutivo a una casa abierta a la gente y la cultura.

Palacio de Gobierno dirá adiós a las rejas. Fotos: Archivo