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Con la que ha sido sin duda la inauguración más espectacular de unos Juegos Olímpicos, ayer inició la XXXIII Olimpiada en París, Francia.

Es la primera declaratoria inaugural de unos Juegos Olímpicos que no se desarrolla en un estadio y, en cambio, tomó a toda la Ciudad Luz como escenario y a lugares emblemáticos como la Torre Eiffel, Trocadero, la Plaza de la Concordia, el Metro, el Louvre, el Sena y hasta la Catedral de Notre Dame -en plena reconstrucción-, como sus protagonistas.

Los parisinos y visitantes también tuvieron la oportunidad de atestiguar de manera gratuita -en la mayor parte de los lugares en donde se desarrolló- un espectáculo sin igual que supo demostrar el gran orgullo que los franceses tienen por su capital, en la que involucraron a personalidades, artistas y deportistas de diversas naciones, como la norteamericana Lady Gaga quien rindió homenaje a las grandes artistas de vodevil francés en el primer número musical, al tenista español Rafael Nadal quien recibió la antorcha olímpica de manos del futbolista francés Zinedine Zidane, para entregarla a Serena Williams, Nadia Comanecci y Carl Lewis. Incluso, el número final estuvo a cargo de la artista canadiense Celine Dion, quien cantó “Himno al Amor” de la diva francesa Édith Piaf.

En el último trayecto, la flama olímpica fue entregada a dos atletas -la corredora Marie-José Perec y el judoca Teddy Rinner, ambos triples medallistas de oro – en símbolo de equidad de género, y ambos encendieron un pebetero que reprodujo el globo aerostático los hermanos Joseph-Michael y Jacques-Étienne Montgolfier y que permanecerá en el aire durante todos los juegos.

Desde luego, la cultura francesa y las referencias a ella de artistas extranjeros también estuvieron presentes, como el guiño al Fantasma de la Ópera del inglés Lloyd-Webber. Pero los franceses no escatimaron y los hermanos Lumiere, María Antonieta -decapitada y como marco del grupo de heavy metal Gojira- y Julio Verne también hallaron un sitio en el enorme recorrido de la antorcha por París, que en una de las últimas escalas incluso fue portada por una personificación de Juana de Arco, tras cabalgar un caballo mecánico sobre el Sena.

La lluvia no cesó durante toda la ceremonia que se prolongó más de tres horas y media y en la que las delegaciones deportivas desfilaron a bordo de embarcaciones -algunas de ellas prestadas por particulares- navegando por el Sena que ya logró ser sanitizado y, por primera vez en un siglo, se considera seguro para nadar y en el que se desarrollarán algunas competencias de natación.

Sobre 85 embarcaciones se paseó un total de seis mil 800 deportistas durante seis kilómetros por el río, quienes participarán en las 32 disciplinas que se desarrollarán en las 35 sedes de esta justa olímpica.

Los organizadores calculan que la inauguración pudo ser presenciada en vivo por 300 mil personas quienes no dejaron de vitorear a las delegaciones desde ambos márgenes del río, y que fueron resguardados por 45 mil agentes de policías y 10 mil soldados.

La delegación mexicana en su travesía por el Sena / Foto AP/La Jornada

La Torre Eiffel fue un protagonista más en la ceremonia de inauguración / Foto: Florian Huellu / Paris 2024