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¿Una cerveza para el calor? No tan buena idea

David Barrera, Yenisei Ramírez Toscano y Martha Carnalla*

La preferencia por algún tipo de bebida alcohólica en el mundo es variable entre países. Por ejemplo, en la mayoría de las naciones americanas, el tipo de alcohol preferido es la cerveza, aunque existen algunas excepciones. En Argentina y Uruguay, por ejemplo, el vino es el tipo de bebida alcohólica de mayor predilección, mientras que en Nicaragua y El Salvador los licores son los que más se consumen; en México, la cerveza constituye 85.3 por ciento del consumo total de alcohol. Estas preferencias son consecuencia de diversos factores sociales y culturales, como las convivencias entre amigos y las reuniones familiares, pero también de factores económicos, como la inversión de la industria del alcohol en la promoción de sus productos, así como la recurrente oposición de estas empresas a políticas efectivas que prevengan el consumo de bebidas alcohólicas.

México es un gran productor de cerveza. Culturalmente esta es una bebida aprobada por la sociedad como parte de ciertas actividades de convivencia (comidas de fines de semana, festejos y reuniones), incluso de eventos masivos como los deportivos y musicales. Adicionalmente, la cerveza es una bebida que culturalmente se percibe como refrescante.

Tomando en cuenta lo anterior, un estudio realizado por investigadores e investigadoras del Instituto Nacional de Salud Pública analizó la relación que existe entre la temperatura ambiente y el consumo excesivo de diferentes bebidas alcohólicas en adultos mexicanos de 18 años de edad y más, habitantes de zonas urbanas; para ello se hizo un seguimiento de un año de duración. Se considera consumo excesivo de alcohol cuando un hombre toma cinco copas o más o una mujer toma cuatro copas o más en una misma ocasión. En este estudio se encontró que, por cada incremento de un grado centígrado en la temperatura ambiente, habría alrededor de 196 mil personas adultas mexicanas más que consumirían cerveza en exceso; sin embargo, ello no se cumplió en el caso de otros tipos de bebidas alcohólicas como el vino o los licores (https://doi.org/10.1186/s12992-024-01033-z).

Aunque se necesitarán más estudios para entender mejor este hallazgo, de ser cierto, implicaría que, junto al incremento de la temperatura por el cambio climático, aumentará también el número de consumidores excesivos. Actualmente una de cada cuatro personas adultas en México consume alcohol de forma excesiva. Pero ¿por qué nos preocupa el consumo excesivo de cerveza? Los distintos tipos de bebidas tienen diferentes concentraciones de alcohol; por ejemplo, 330 ml de cerveza, 140 ml de vino o 70 ml de licor tienen la misma cantidad de alcohol puro (13 g), por lo que cada una de esas medidas equivale a una bebida estándar. A diferencia del consumo de licor, existe la percepción de que hay un menor riesgo cuando se consume cerveza, aun cuando se ingiera la misma cantidad de bebidas estándar. Esto aumenta la probabilidad de presentar conductas de riesgo como manejar en estado de ebriedad o tener comportamientos violentos, lo cual también puede afectar a otras personas, no sólo al consumidor de alcohol.

En conclusión, es importante aclarar que la cerveza no es una bebida hidratante, sino todo lo contrario: es un diurético, es decir, aumenta la frecuencia de las micciones. La mejor opción para mantenerse hidratado en temperaturas cálidas es el agua simple. Si bien, la decisión del consumo es individual, el gobierno de nuestro país necesita fortalecer las leyes y reglamentos que ayuden a que toda la población tenga un acceso seguro al agua potable. Asimismo, es importante que existan regulaciones sobre la producción, venta, publicidad y promoción de bebidas alcohólicas.

* Especialistas en salud pública. Invitados por el Dr. Eduardo C. Lazcano Ponce.