loader image

 

Durante las Jornadas de Vinculación Internacional «Archipiélagos Transfronterizos: resonancias generaciones diversas» en el Colegio de la Frontera Sur llevadas a cabo del 24 al 28 de abril de 2023 en Tapachula-Chiapas se discutía el entendimiento entre la movilidad y la inmovilidad. De dichas jornadas postulé una reflexión sobre otro conceptos para hablar de lo que en español entendemos por «movimiento». De aquí surge el intento por complejizar la movilidad de las personas a través del concepto «ollin» que significa movimiento en náhuatl. Aquí dicha reflexión.

Cuando las personas deciden emprender un proyecto migratorio lo hacen desde un profundo desconocimiento del futuro, el tiempo se ve comprometido respecto a la movilidad en el espacio. Este proyecto puede durar días, meses o años. Las estrategias materiales e identitarias van a reconfigurar su partida: si es una persona con o sin recursos monetarios, negra o blanca, con o sin redes en el exterior. Además, condiciones sistémicas y estrategias van a someter a la persona migrante a una maquinaria de selección y contención fronteriza. Es decir, cuando una persona tiene la idea de migrar diversas variables, algunas propias y otras externas, van a condicionar la velocidad, el costo y la movilidad de esta persona.

Al respecto los estudios migratorios se debaten si se debe de denominar a este cruce como: 1) movilidad, para ejemplificar que a pesar de políticas migratorias contenga a las personas migrantes, tienen capacidad de seguirse moviendo pues incluso en espacios de espera siguen comiendo, se cortan el cabello, escuchan música y se reorganizan para abandonar, posponer o retomar el proyecto migratorio (Coraza de los Santos, 2023). Otra propuesta es que se debe de denominar a este cruce de fronteras como 2) inmovilidad, sobre todo para hacer hincapié en complejos sistemas de contención, selección y ralentización de la población migrante (Miranda, 2023). A mi forma de entender las cosas, dichas opiniones que parecen opuestas contienen veracidad y no por ello una es más correcta que la otra. Tanto los sistemas de inmovilidad en el mundo se siguen complejizando como las personas migrantes continúan generando dinámicas asociadas al movimiento y a la agencialidad en espacios de ralentización. El problema para mí fue el lenguaje, en español y en varias lenguas latinas entendemos el movimiento de una forma concreta, a lo que propuse el concepto de “ollin”.

La tensión teórico-conceptual sólo ejemplifica los límites más allá de la comprensión de la metodología, epistemología y ontología de la academia. En otras palabras, los actores en práctica superan, hay una tensión no resuelta entre la movilidad internacional y el hacer académico. Sin embargo, esta tesis problematiza el tema del movimiento. Una tarea inacabada que podría decantar holismo con otras cosmologías no occidentales, pero que tendrían que ser propuestas por los “actores” en proceso de movilidad. Por ejemplo, el uso de la palabra ollin en nahuatl significa movimiento grosso modo. Pero a través del sentido lato de la palabra la movilidad internacional de las personas como proceso complejo que cruza varias etapas, quizá, pueda ser explicada por ollin o movimiento. Dicho recurso lingüístico se trae a la mesa en tanto que el significado profundo de la palabra puede ser explicado por la antigua cosmovisión náhuatl o por “4 poetas suecos”(Paz, 2014: 115-122) en dónde el movimiento es complejo: norte, sur, este, oeste, caña, pedernal, casa, conejo, el aquí, el atrás, el centro, arriba, atrás, adelante son puntos cardinales que se encuentran en constante movimiento. Algo similar ocurre con nuestras vidas y con los proyectos de las personas que migran. Tenemos un centro por un momento, en otro instante ese mismo centro cambia, así como todas las direcciones cardinales. Nuestros objetivos pueden ser la obtención de una forma migratoria, el comer o la consecución de más dinero.

La palabra ollin, de manera compleja puede aportar el comprender las modificaciones espaciales que experimentan las personas migrantes. Brinda un marco de referencia no lineal que se acerca más a la experiencia empírica del migrante y a nuestra propia experiencia del movimiento. Mi objetivo puede ser llegar a mi centro de trabajo por las mañanas, pero una inundación en mi hogar puede cambiar mi prioridad. Mi mayor deseo puede ser comprar una casa, alguna catástrofe o la consecución de dicho objetivo seguro cambiaría mi forma de percibir el espacio hacia dónde me dirijo y mis objetivos.

Las personas sufren un cambio espacial, que es definido por múltiples variables a lo que la academia responde con definiciones: “uso del sistema de asilo/refugio para la movilidad como proceso lleno de agencialidad”, migración forzada, flujos mixtos, push and pull, etc. A pesar de que el concepto ollin del náhuatl hace mucha lógica al ser la movilidad internacional un proceso complejo, lleno de movilidad, retrocesos, espera; la realidad refleja otra cosa. No parece prudente traer a la mesa un concepto que no es propio de los estudios migratorios o que no emerge de la realidad empírica de los contextos migratorios. Sin embargo, uno nunca sabe cómo juega la paciencia, mucho menos el lenguaje.

*Momoxca, internacionalista, escritor y migrantólogo.