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Es paradójico que la ausencia de denuncias de algún delito señale un grave problema social, uno que apunta más allá del hecho criminal en sí.

En Morelos ya es habitual no solo ser víctimas de los criminales, sino atestiguarlos y mirar para otro lado; por como funcionan nuestras instituciones, es peligroso ser testigo de cualquier delito pues las Fiscalías ven como sospechosos a las personas que invierten su tiempo en dar sus testimonios, y lo mismo sucede con las víctimas directas a quienes de inmediato se les responsabiliza de su propia tragedia.

Lo grave es que tales actitudes no se limiten a meros robos de vehículos, asaltos o amenazas, ya graves pero que no se consideran de alto impacto como el secuestro o los feminicidios o los asesinatos dolosos, en los que la ciudadanía parece haber optado por atenderlos con sus propios recursos o, de plano, someterse ellos mismos a la resignación.

Lo anterior resulta mucho más dramático cuando las víctimas son principalmente mujeres y niñas, como es el caso de la trata de personas en donde se perpetúa un secuestro, pero para hacer uso directo de las víctimas en un esquema muy parecido a la esclavitud.

En este sentido, la directora del Instituto de la Mujer, Isela Chávez Cardozo, aseguró que se han recibido reportes de trata de personas en la región oriente, indicios que hay casos en los que desaparecen menores que frecuentemente caen en redes de explotación sexual. Lo asombroso es que no haya denuncias.

De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública en lo que va del 2024 no se ha registrado una sola denuncia por trata de personas en Morelos, y en el 2023 sólo se presentó una. Dato inaudito que solamente puede entusiasmar a los simples que intentarán asegurar que en nuestro estado no hay trata, cuando lo que no hay es confianza en que las autoridades hagan algo o incluso cuando puede existir la sospecha de que hay gente con poder detrás de este fenómeno.

En términos generales, el INEGI, en su Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública de septiembre del 2023, considera que en Morelos la razón de los delitos no denunciados es del 90.8 por ciento, es decir, la ciudadanía afectada por algún tipo de ilícito sólo ha denunciado en el 9.2% de los casos y, de este porcentaje ínfimo solo se abrió una carpeta de investigación en el 5.4%. Podríamos añadir que, además, de ese 5.4% las autoridades buscan solucionar una alta proporción con los atajos de siempre.

Que no haya denuncias sobre un delito que afecta directamente a las familias es un motivo de alarma y es un indicador directo de la baja estima en que la ciudadanía tiene a las autoridades de protección y de impartición de justicia en Morelos. Es, sin duda, un termómetro del grado de indefensión en la que nos encontramos los morelenses.