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Las quejas respecto de las molestias que pueden ocasionar los cierres viales para la organización de la tradicional Feria de Tlaltenango llegan a destiempo, y un escenario de reubicación de ésta tendría que discutirse de forma inmediata posterior a su realización, considera la Iglesia católica de Morelos, frente a la recurrente polémica veraniega de Cuernavaca sobre la posible relocación de las celebraciones que se realizan desde hace tres siglos.

El vicario de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera, aseguró que el asunto debe socializarse inmediatamente al concluir la feria, “siempre lo digo y otra vez lo sostengo, el problema nuestro es que va llegando la fiesta, e inmediatamente llegan las quejas, los ciudadanos dicen que porqué se cierra, el tiempo, el tráfico… pero si queremos hacer algo, verdaderamente, la invitación es hacerlo terminando la feria”.

Se trata de un asunto que debe tratarse, explicó, con los ciudadanos, los peregrinos, el santuario, con los que viven en Tlaltenango, en San Jerónimo. “Pero si nada más es una queja porque… ‘ya va a llegar la feria y se me hace más tarde’, pues no tiene sentido”; reiteró la invitación a tratar el tema como algo no solamente “quejoso”, tiene que dialogarse, aseguró.

En cuatro semanas la Feria de Tlaltenango iniciará su edición 303 con un programa similar al de cada año, recepciones de peregrinos, misas a la Virgen de los Milagros, tandas culturales, juegos y vendimia, y como cada año en estas fechas se reabrió el debate sobre una probable reubicación de la festividad que ocupa tradicionalmente el tramo de la avenida Emiliano Zapata que va desde la glorieta de Tlaltenango, ahora también llamada glorieta de la identidad, hasta La Pradera.

Este año, quien decidió retomar la discusión fue Héctor Herrera, director de asuntos religiosos del gobierno de Morelos, con el argumento de cada año, el tráfico que provoca en la zona el cierre parcial de la avenida. Muy pronto su propuesta fue descartada por el Ayuntamiento de Cuernavaca, el alcalde José Luis Urióstegui declaró que la feria no se moverá de su espacio habitual y recordó la importancia cultural, religiosa y social que tiene la celebración para la ciudad, y específicamente para el poblado de Tlaltenango; además, recordó que se trabaja en el bacheo de las vías alternas para agilizar el tránsito en la zona reduciendo la afectación en los tiempos de traslado.

Ya en el pasado se había discutido seriamente el cambio de sede de la feria, algunos sugerían predios particulares cercanos, otros el parque Tlaltenango, y unos más restringir la extensión al atrio de la parroquia de Nuestra Señora de los Milagros y al estacionamiento aledaño. Todas las propuestas, sin embargo, habrían entorpecido el flujo de peregrinos a la iglesia cuya entrada principal está justamente sobre la avenida Emiliano Zapata.