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Inseguridad alimentaria entre la población migrante en tránsito por México

 

César Infante, Verónica Mundo, Caroline Deschak, Alondra Aragón, Ietza Bojórquez, Manuela Orijuela *

 

 

En su más reciente reporte sobre migración y salud, la Organización Mundial de la Salud (2022) señala que, en el ámbito global, la movilidad de personas ‒ya sea por motivos económicos, desplazamiento forzado o por solicitudes de asilo y refugio‒, está en aumento. De 1990 a 2020, el número total de migrantes internacionales aumentó de 153 millones a 281 millones (de 2.9 a 3.6% de la población mundial). Alrededor de 48% de los migrantes internacionales son mujeres y unos 36 millones son niños, y se estima que 41 millones de desplazados internos migraron debido a desastres naturales o violencia. 

Adicionalmente, la política regional habría contribuido a prolongar el tiempo de tránsito incluso antes de la pandemia de Covid-19, y los cierres de fronteras han extendido aún más este periodo. De esa forma, los migrantes no llegan al lugar original de destino y se mantienen por mucho tiempo en el tránsito o en movilidad constante.

Los migrantes suelen encontrar numerosos retos durante la movilidad activa, lo cual aumenta el riesgo de que presenten problemas de salud; entre dichos retos está la inseguridad alimentaria (IA). La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define la IA como la falta de disponibilidad, acceso o utilización constante de alimentos adecuados, y es un determinante de la salud actual y futura, además de un impulsor de la migración en las Américas. De acuerdo con sus datos, entre 2014 y 2018, 40% de la población de Honduras, El Salvador y Guatemala tuvo IA moderada y severa, lo que se traduce en una disminución de la cantidad disponible de alimentos, la omisión de tiempos de comida o dejar de comer todo un día. En el contexto de la pandemia por Covid-19, en comparación con 2019, 13.8 millones de personas más sufrieron hambre en América Latina y el Caribe. En el caso de México, entre 2020 y 2021, las formas graves de IA aumentaron cinco puntos porcentuales (Ensanut, 2021).

Según estudios realizados entre población migrante en tránsito por México para dirigirse a Estados Unidos (Aragón et al., 2020; Deschack et al., 2022), entre 50 y 74% de las personas migrantes consumieron alimentos sólo una vez al día, 30% dejó de comer todo un día, y 20% pasó dos o más días consecutivos sin comer. Los escasos recursos económicos, tener que viajar en tren de carga y la violencia se identificaron como determinantes de la IA en esta población. Deschack (2022) señala que las personas migrantes hacen uso de estrategias para hacer frente a la falta de alimentos, como trabajar a cambio de comida, pedir dinero o asistir a albergues de la sociedad civil. Es importante destacar el invaluable papel que desempeñan los albergues al dar alimentos, refugio seguro, y atención a necesidades básicas y de salud para las personas migrantes. No obstante, ellas recurren también a acciones que ponen en riesgo su seguridad y salud al robar alimentos y ofrecer sexo para intercambiarlo por alimentos, o al insertarse en el trabajo sexual para hacerse de recursos económicos.

Orjuela Grimm et al. (2022) destacan que la IA es un motor de la migración en la región. Sin embargo, la evidencia y la comprensión de su alcance y consecuencias durante el tránsito migratorio siguen siendo insuficientes. Esto profundiza la invisibilidad de la experiencia del migrante en su etapa más vulnerable e impide la garantía efectiva de los derechos universales a la salud, la alimentación y a un nivel de vida adecuado.

Las consecuencias de la IA para la salud y el bienestar psicosocial, combinadas con los efectos de la pandemia por Covid-19 y el aumento de la migración en todo el mundo, ponen de relieve la necesidad de documentar la IA durante las fases de la migración. Contar con mayor información y comprensión al respecto, facilitará garantizar los derechos universales mencionados. Es fundamental conocer la prevalencia, gravedad, características, consecuencias y determinantes de la IA durante la migración en sus diferentes etapas, mediante la aplicación de instrumentos adecuados al fenómeno migratorio. Al hacerlo podremos informar a los tomadores de decisiones para que las políticas públicas correspondientes incidan de forma efectiva en el problema y se reconozca la importancia de la seguridad alimentaria como elemento angular de un nivel de vida adecuado.

 

 

 

*Especialistas en salud pública; invitados por el Dr. Eduardo Lazcano Ponce

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