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Juliana G. Quintanilla y José Martínez Cruz

Porque la vida y la libertad de las mujeres debe estar garantizada en Morelos, no dejaremos de exigir rendición de cuentas y aplicación de todas las medidas mandatadas en la AVG hasta lograr terminar con este flagelo que lastima la vida y la dignidad de las mujeres y de toda la sociedad en Morelos. Han transcurrido 7 años y medio desde que se emitió el Acuerdo de la Secretaría de Gobernación a través de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar  la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM) por el que se establece la Alerta de Violencia de Género en 8 municipios del Estado de Morelos, publicado el 10 de agosto de 2015.

La Alerta de Violencia de Género es el mecanismo establecido en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, cuyo objetivo es garantizar la seguridad de las mujeres, el cese de la violencia en su contra y de eliminación de las desigualdades producto de legislaciones que agravian sus derechos humanos. Consiste en un conjunto de acciones gubernamentales de emergencia para enfrentar y erradicar la violencia feminicida y o la existencia de un agravio comparado que impida el ejercicio pleno de los derechos humanos de las mujeres en un territorio determinado, donde esta violencia sea ejercida por individuos o la propia comunidad y se mantenga en la impunidad. La violencia feminicida se ejerce por el solo hecho de ser mujeres, ocasionando la violación de sus derechos humanos, en los espacios público y privado, debido a las conductas de odio o rechazo a las mujeres, que puede terminar en homicidio y otras formas de muerte violentas delas mujeres. Tal como lo establece el Protocolo de Investigación sobre feminicidio de la fiscalía general de Justicia, toda muerte violenta de mujeres debe ser investigada en principio como feminicidio.

Por ello es por lo que resulta sumamente preocupante que el año 2022 sea el de mayor cantidad de feminicidios desde que empezamos a documentar los casos en Morelos, llegando a la cantidad de 107 casos, con lo que se ha convertido en el año más violento para las mujeres en Morelos, superando el año 2019 que registró 100 feminicidios. Hay que recordar que desde el año 2000 al 2022 hemos documentado un total de 1303 feminicidios en 22 años, mismos que se han registrado en 35 de los 36 municipios de la entidad, siendo el rango de edad entre los 21 y 30 años el más elevado con 269 casos, seguida de la categoría de entre 31 y 40 años de edad, con 184 feminicidios, y en tercer lugar tenemos el rango de edad entre 11 y 20 años con 128 registros.

Los municipios con mayor número de feminicidios son Cuernavaca con 254, Jiutepec con 117, Temixco con 102, Cuautla con 91, Yautepec con 75, Emiliano Zapata con 59, Xochitepec con 55, Puente de Ixtla con 47, Jojutla con 46, Tlaltizapán y Tepoztlán con 42 cada uno.

El Ejecutivo del Estado hasta la fecha no ha entregado su informe del año 2022, por lo que podemos concluir en que las omisiones indican la falta de atención a la violencia contra las mujeres a la luz de los datos que estamos dando a conocer sobre el número de feminicidios, mismos que son minimizados en prácticamente todos los informes de las diferentes dependencias, lo que indica que es un claro ejemplo de violencia institucional. Como organización peticionaria de la AVG, de acuerdo a lo que establece el Reglamento de la CONAVIM, tenemos el derecho de recibir los informes correspondientes y mantenemos el compromiso de dar seguimiento puntual a cada una de las medidas y acciones mandatadas por el decreto emitido el 10 de agosto de 2015. Por ello, seguimos demandando una reunión de trabajo con el Ejecutivo Estatal, ya que hasta la fecha han pasado 4 años y no se ha llevado a cabo, siendo que es el Gobernador del Estado el responsable constitucional de cumplir y hacer cumplir lo establecido en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y que todas las instituciones del Estado apliquen políticas que lleven a atender, investigar, sancionar y erradicar el feminicidio en Morelos.

Porque amamos, luchamos.

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