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Ese es el lema de la Comisión Independiente de Derechos Humanos del Estado de Morelos A C. (CIDHEM) que cumple ya 33 años abogando por la difusión y, sobre todo, el respeto de los Derechos Humanos en nuestro estado, y que ayer presentó su Balance 2022 de la Alerta de Violencia de Genero en Morelos, que tiene mucho que ver con su frase rectora.

 

De acuerdo con la CIDHEM, 2022 fue el peor para las mujeres en nuestro estado pues se reportaron 107 feminicidios, la mayor cantidad desde que se lleva registro.Desde el 2000 y hasta el año pasado, se han documentado mil 303 feminicidios, que se han perpetrado en 35 de los 36 municipios de la entidad; en ese lapso, el rango de edad más vulnerable fue el de mujeres de 21 a 30 años, pues mataron a 269 de ellas, le sigue el de 31 a 40 años, con 184 feminicidios, y en tercer lugar, están las de 11 a 20 años con 128.

 

En su Balance, la CIDHEM además testimonia la inutilidad de la Alerta de Violencia de Género (AVG), decretada en ocho municipios morelenses desde el 10 de agosto de 2015 pues, desde entonces, se han registrado 645 feminicidios.

 

La AVG consiste en un conjunto de acciones gubernamentales de emergencia que supuestamente deberíanerradicar la violencia feminicida y o la existencia de un agravio comparado que impida el ejercicio pleno de los derechos humanos de las mujeres en un territorio determinado, donde esta violencia sea ejercida por individuos o la propia comunidad y se mantenga en la impunidad. Bueno, pues por lo menos en Morelos, no ha funcionado para nada en los últimos siete años.

 

Debemos recordar que la violencia feminicida tanto en los espacios públicos como en los privados, se ejerce contra las víctimas por el solo hecho de ser mujeres, medianteconductas de odio, rechazo que puede terminar incluso en muerte violenta. Es decir, la violencia feminicida empieza antes de que haya agresión física, muy probablemente en el interior del agresor y su carga cultural y psíquica.

 

También ayer, Juliana G. Quintanilla y José Martínez Cruz, integrantes de la Comisión, comentaron en estas páginas que los datos indican la falta de atención a la violencia contra las mujeres por parte de las autoridades, por si fuera poco, estos datos “son minimizados en prácticamente todos los informes de las diferentes dependencias, lo que es un claro ejemplo de violencia institucional”.

 

La CIDHEM sigue “demandando una reunión de trabajo con el Ejecutivo Estatal, ya que hasta la fecha han pasado 4 años y no se ha llevado a cabo, siendo que es el Gobernador del Estado el responsable constitucional de cumplir y hacer cumplir lo establecido en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y que todas las instituciones del Estado apliquen políticas que lleven a atender, investigar, sancionar y erradicar el feminicidio en Morelos”.

 

No es ningún logro de gobierno figurar en los primeros lugares de violencia feminicida a nivel nacional, y nos cubre el oprobio a todos como comunidad. 

 

Si las instituciones oficiales niegan información o deciden contabilizar como simples homicidios las muertes de cualquier mujer -contraviniendo, por cierto, los protocolos de investigación de feminicidios por los que toda muerte violenta de mujeres debería ser investigada, en principio,como feminicidio-, socavan su propia autoridad moral, y hay organizaciones como la Comisión Independiente para subrayarlo; pero como comunidad tenemos algo qué hacer para no solapar este flagelo. La indignación es justificada, la indolencia no. Todos debemos luchar para erradicar el feminicidio de nuestra realidad, como invita el lema de la CIDHEM: porque amamos, luchamos.

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