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Héctor Rosales*

La investigación sobre culturas populares en México (1)

Lourdes Arizpe es la antropóloga mexicana más reconocida y premiada a nivel mundial por sus aportes a diversos temas de investigación como la migración indígena a las ciudades, la percepción social del cambio ambiental, el feminismo, los derechos culturales de los pueblos y naciones y de manera específica al reconocimiento de las expresiones culturales de las mujeres indígenas campesinas y de las clases populares. Desde el año 2003 impulsó el reconocimiento de la UNESCO del patrimonio cultural inmaterial (PCI), además de realizar investigaciones para mostrar cómo se está aplicando este enfoque en situaciones concretas, así como la complejidad de los procesos culturales implicados.

Ya en 1989 Lourdes Arizpe tenía la convicción de que era necesario:

“…llevar a cabo un esfuerzo masivo en todo el mundo para registrar los conocimientos locales y tradicionales sobre todo en aquellas regiones en las que las presiones de los intereses particulares y de los medios están barriendo con las herencias de observación y de invención que se han acumulado a lo largo de los siglos”. (Arizpe 2015, 141). 

Como afirma Margarita Velázquez:

“Lourdes Arizpe se ha convertido no sólo en una mexicana pionera en la antropología, sino también en una líder científica global que ha inspirado tanto la investigación internacional como a las organizaciones no gubernamentales y a los grupos que buscan activamente una mayor participación para construir un mundo sustentable”. (Velázquez 2015, 21).

En los años setenta del siglo XX mexicano, al igual que Rodolfo Stavenhagen o Guillermo Bonfil, Lourdes Arizpe se enfrenta a la concepción ideológica dominante acerca del concepto de “indio” y de “indígena”. Con gran claridad afirma que considerar a las culturas indígenas como atrasadas, estancadas o poco vitales, es un hecho político. Como observadora en el Primer Congreso Nacional de Pueblos Indígenas, realizado en la ribera del lago de Pátzcuaro en 1975, observa de primera mano cómo los indígenas de muy diversos pueblos tomaron la palabra y lograron manejar su congreso, al superar los intentos acostumbrados de manipulación. Se vivió una nueva actitud por parte de los indígenas, una militancia sin antecedentes, porque el Partido Revolucionario Institucional y todo el sistema político mantenían al indígena en el último lugar de la fila.

También en los años setenta, Lourdes Arizpe realiza numerosas investigaciones acerca de la migración de mujeres mazahuas y sus estrategias para supervivir en la ciudad de México. Esto le permitirá construir miradas comprensivas e interpretativas sobre la mujer campesina en general a través de descripciones etnográficas profundas. Frente a las actitudes paternalistas del Estado, se plantea la pregunta: ¿quién es la mujer campesina en México? Para revelar las condiciones de existencia de las mujeres en la realidad económica del capitalismo dependiente. Se concluye que el problema de las indígenas no es cultural, sino político.

Desde posiciones políticas hegemónicas se entorpece la posibilidad de un auténtico diálogo intercultural:

“…el menosprecio con que se miran sus ricas tradiciones culturales, tradiciones que podrían ser una fuente más de una cultura nacional dinámica y propia pero que se desecha, sin conocerlas realmente, a cambio de una imitación vacua de otros modelos culturales”. (Arizpe 2015, 656).

En el campo específico de las culturas populares, Lourdes Arizpe logra formular y sintetizar gran parte de los discursos teóricos que se debatían en los años noventa y hasta la actualidad. (Continuará…).

Fuente consultada: Arizpe, Lourdes. 2015. Vivir para crear historia. México: Miguel Ángel Porrúa.

*Investigador del CRIM de la UNAM en Morelos.

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