Durante siglos, las mujeres han luchado por la igualdad y contra la opresión, ganando importantes batallas en algunos frentes, como el derecho al voto y la equivalencia de acceso a la educación, a pesar de ello siguen estando desproporcionadamente afectadas por las formas de violencia y discriminación que se dan en todas las esferas de la vida. Es claro que más allá de los avances, el progreso NO ha sido suficiente. Los casos de violencia en su contra han disminuido de manera insignificante; y en buena parte del mundo continúan ganando menos por el mismo trabajo que los hombres; todavía hay países que permiten los matrimonios infantiles; y algunas prácticas dañinas, como los crímenes por honor o la mutilación genital femenina. El feminismo abarca la historia de diferentes luchas, y a medida que ha evolucionado se ha interpretado de manera más completa y compleja, hoy se ve como un movimiento para acabar con el sexismo, pero también con la explotación, la opresión, un movimiento que busca la plena igualdad de género en la ley y en la práctica. Ser feminista no se reduce a un sexo o un género especifico: hay mujeres extraordinarias, pero también hombres que se consideran feministas que han dado, con ellas, a lo largo de la historia: heroicos ejemplos de lucha, dignidad y tremenda entrega.
NADIE ES LIBRE CUANDO OTROS SON OPRIMIDOS
Hiquíngari Carranza
