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La llegada de las primeras lluvias y los fuertes vientos que las han acompañado, evidencian un problema que se ha dejado crecer en todo Morelos y particularmente en la zona metropolitana de Cuernavaca, donde se consume mucha más energía que en la periferia. La serie de apagones que sufrieron las zonas norte, oriente y sur de la capital de Morelos, y algunas partes de Temixco y Jiutepec, hacen pensar en la urgencia para los particulares (empresarios y ciudadanos) de prepararse para un temporal de lluvias que, a este paso, podría resultar también en una catástrofe económica para una entidad ya bastante afectada por otros factores que inhiben la inversión y el desarrollo.

Llama la atención que, con el potencial que tiene Morelos para la generación de energías, un tema del que llevamos hablando por lo menos dos décadas, se ha hecho tan poco desde el gobierno y la ciudadanía para prepararnos a surtir la energía que las crecientes necesidades de las ciudades modernas requiere.

Salvo la creación de una planta termoeléctrica en el oriente del estado, que a todas luces resulta insuficiente, los proyectos para generar energía y transformar la generación y el consumo han sido por lo menos muy modestos.

Convendría saber cuáles son los planes de los próximos gobiernos federal, estatal y municipales, para enfrentar la sobredemanda de energía necesaria para la industria, el comercio y el uso residencial. Aquí es importante subrayar que el estado y los municipios tienen una enorme responsabilidad en reducir su consumo energético y reconvertirlo hacia fuentes de autogeneración como la eólica y la solar. También se vuelve urgente la implementación de estímulos y subsidios que permitan a los particulares, domicilios o negocios, reducir su consumo de energía y optar por fuentes de autogeneración, de modo que la enorme carga que hoy tiene la línea energética de las ciudades pueda reducirse.

La creciente necesidad de energía segura, limpia y permanente es innegable en la industria el comercio y los domicilios, muchos de ellos convertidos en oficinas y centros de trabajo a distancia. Si el estado está material o presupuestalmente imposibilitado para invertir en mejores fuentes y líneas de distribución energética, probablemente convendría estimular la autogeneración, aunque sea a pequeña escala. en ello nos va el negocio, el desarrollo y probablemente hasta la vida.