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El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública registró en Morelos tan solo del 10 al 12 de mayo, 17 homicidios dolosos y Huitzilac, con la matanza del pasado fin de semana y las tres personas asesinadas el Día de las Madres, se encuentra como la zona más peligrosa de una de las entidades más violentas de México.

Incluso para los estándares de Huitzilac -de infausta fama por los secuestros exprés y asaltos a turistas- la violencia ha llegado a tal grado que su presidente municipal, Rafael Vargas Muñoz, le llamó la atención al mando coordinado recordándoles que difícilmente podría controlar la inseguridad solo con las fuerzas municipales, reconoció que el municipio ha sido escenario de actos de “violencia terrible” y le pidió al gobierno estatal y a la federación que le ayudaran a detener la escalada.

Afortunadamente lo escucharon y ayer arribaron al municipio 200 efectivos. Lo que no está claro es para qué van a servir porque desde hace tiempo se ahogan niños en Huitzilac -y en varios municipios más- se la pasan tapando pozos sin que se arregle nada. Tan solo ayer también todas las escuelas del municipio, de preescolar a bachillerato, anunciaron que la violencia los obligaba a regresar a las clases a distancia.

Desde hace tiempo, la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina son viajeros frecuentes en Morelos, tanto, que varios municipios ya hasta les han instalado cuarteles y en otros más se encuentran en construcción. Hace unas semanas se anunció el envío de 900 elementos y el año pasado también se informó de varias camadas más, sin que hasta el momento se vea que el esfuerzo haya servido de algo pues Morelos se encuentra en un grado de inseguridad insoportable para la mayoría y que es cada vez peor.

Y así, es lógico cuestionarse si 200 soldados y guardias en Huitzilac representan por lo menos la esperanza de que algo se arregle allá en el norte del estado, en donde se tienen graves y arraigados problemas desde hace tiempo que difícilmente se van a solucionar aumentando los patrullajes por algunas semanas.

Ayer, cuando Vargas Muñoz anunció la llegada de los refuerzos también dijo algo que, eso sí, podría cambiar la situación: aseguró que se dirigía a una reunión de trabajo para establecer “nuevas estrategias de seguridad”.

Ojalá que en estas nuevas estrategias se considere labor de inteligencia, desarticulación de las bandas criminales que operan en el municipio que se benefician, entre otras cosas, de la tala ilegal; supervisión continua de los caminos de transporte de la mercancía ilícita, operativos al interior del bosque; clausura definitiva y desmantelamiento de los aserraderos ilegales, combate a la corrupción que fomenta la inseguridad y, si o es mucho pedir, en cada escala, uno que otro arresto.

La inseguridad la padecemos todos -incluso los paseantes y los vecinos-, las pugnas entre bandas y las diversas actividades ilícitas tienen secuestrado al municipio entero y son problemas que no se van a solucionar si no son atacados de raíz, de otra forma, será mejor que todos los alumnos del municipio se acostumbren nuevamente a regresar de manera definitiva a las clases a distancia.