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El gobierno del estado tendría que ser mucho más racional

Desde el principio de la administración de Cuauhtémoc Blanco en el 2018, se construyó una narrativa que criminaliza a los propietarios y conductores de motocicletas bajo un argumento equívoco. Para el gobierno del estado, dado que muchos homicidios son cometidos por sujetos a bordo de vehículos de dos ruedas, tendría que revisarse a todos los conductores de estos y con ello se lograría una reducción en la violencia que agobia al estado.

La especie no sirvió para disminuir la violencia, tampoco para regularizar miles de motocicletas que circulan en Morelos, y en cambio tuvo éxito en colocar en el imaginario de muchos morelenses la idea de que quienes conducen motocicletas son delincuentes. No son pocos los automovilistas que confiesan sentir algo de temor cuando un motociclista se les empareja en un semáforo o los rebasa en la calle. El que se tiene a los motociclistas es uno más de los miedos de los morelenses, aunque seguramente es uno de los menos justificados.

Hay por lo menos 150 mil motocicletas con registro en el estado, tripuladas en su mayoría por jóvenes estudiantes y trabajadores, servicios de entregas y otras personas que las usan por la facilidad que brindan para el transporte en ciudades con vialidades difíciles, como las de Morelos, o hasta como una simple diversión. Incluso los grupos de motociclistas que eran discriminados o temidos en el estado, como los Bikers, hacen en Morelos una labor social destacada a favor de comunidades marginadas.

La extensión para sostener la narrativa que culpa a los motociclistas del delito ha tomado incluso carices que lesionan los derechos humanos. La idea de prohibir transitar en Morelos a quienes tripulen vehículos de dos ruedas con permisos o placas de otras entidades federativas es no solo exagerada, sino absolutamente ilegal. Por eso se vuelve tan relevante la aclaración de la Policía Vial de Cuernavaca que advierte no perseguir a quienes tienen permisos o placas de otros estados sino detectar probable documentación falsa que busque amparar algunas de las motocicletas que son robadas en Morelos que sólo de enero a noviembre del año pasado sumaban mil 834.

Las advertencias de la autoridad estatal en torno a la obligación de emplacar las motocicletas que circulan en Morelos parece más una medida de terrorismo recaudatorio que un elemento de la estrategia de seguridad que sigue fallando en el estado. El alto índice de los delitos cometidos en motocicleta no tendría que ser un pretexto para el discurso de temor (que irremediablemente condice al odio) a quienes poseen o tripulan estos vehículos. Habría que ser mucho más racionales, aún si la mitad de los más de mil 200 homicidios cometidos en Morelos hubieran sido cometidos en motocicleta, esa cantidad representaría apenas el 0.4% del total de motocicletas registradas en Morelos.