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Un reciente estudio de los especialistas de BBVA identificó que a partir de la pandemia -iniciada por ahí del tercer trimestre de 2020- se comenzó a verificar un marcado rezago del ingreso de la población en pobreza laboral con respecto al precio de la canasta alimentaria.

Ese fenómeno se ha agudizado conforme ha pasado el tiempo: entre el primer trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024 se ha ido deteriorando la proporción que se puede adquirir de una canasta alimentaria con el ingreso laboral de las personas en pobreza laboral, por lo que una persona considerada en esta situación -es decir, que tiene empleo pero su ingreso no cubre sus necesidades- ya solo puede adquirir poco más del 40 por ciento de la canasta básica.

“En promedio, y al cierre del primer trimestre de este año, la población en situación de pobreza laboral puede cubrir sólo 42.3 por ciento de la canasta alimentaria con sus ingresos laborales”, indica el estudio.

En nuestro estado, de acuerdo a estimaciones de la organización “México, cómo vamos”, a partir de datos del INEGI y del CONEVAL, el 45.95 por ciento de su población se encuentra en pobreza laboral, Morelos es la sexta entidad con peor desempeño en este rubro en 2024 y tiene la séptima tasa más alta de informalidad laboral en el país, ya que el 65.73 por ciento de los trabajadores del estado tienen un empleo sin prestaciones laborales o vínculo patronal reconocido.

Lo anterior representa un rezago de proporciones mayores para la entidad. La pobreza laboral limita las posibilidades de desarrollo de miles de familias morelenses que deben involucrar a varios de sus integrantes solo para poder subsistir y que, por ello, relegan a un segundo o tercer plano, elementos necesarios como la educación o a la salud.

Morelos presenta un verdadero ejército de personas mal pagadas, que viven en una situación que desemboca en familias enteras descuidadas alimentaria y educativamente. Estamos hablando de casi la mitad de la población del estado que tienen urgencias apremiantes como para figurar en un mercado laboral competitivo.

En este sentido, la agenda de crecimiento económico del Plan Morelos de la nueva administración estatal presenta un enfoque socioeconómico que no hay que perder de vista. Ayer, Margarita González Saravia, gobernadora electa del estado, se reunió con el Consejo Bancario del Grupo Banamex y comentó que se tiene un plan integral para impulsar la economía estatal. De acuerdo a la gobernadora electa, los proyectos de infraestructura, salud, y seguridad irán a la par del impulso económico como el fomento a la inversión y la generación de empleos pues se considerará a todos “los actores económicos de la entidad”.

Ojalá funcione como se escucha, esperemos que sí, por lo menos la óptica es la correcta: como lo demuestra el fenómeno de la pobreza laboral, no se puede generar riqueza si la población no tiene, aunque sea, los mínimos de bienestar.