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Durante muchos sexenios, Morelos había estado ausente de la óptica de la mayoría de los candidatos a la presidencia, funcionarios electos y gobiernos federales. Si bien el estado, que representa apenas el 1.6% del padrón electoral nacional, era incluido en las giras promocionales de los candidatos a la presidencia, las acciones de campaña se reducían a muchas promesas que quedarían incumplidas, y muy pocos proyectos para el desarrollo del estado.

La percepción de la mayoría de los electores y políticos morelenses era de abandono, las quejas sobre la escasa relevancia que daban a Morelos los aspirantes a la presidencia y los partidos que los postulaban se argumentaba igual con la dimensión del electorado que en la escasa cantidad de diputados que ofrece Morelos al Congreso de la Unión, apenas cinco de mayoría.

Esa realidad parece haber cambiado. Las circunstancias con que fueron designadas precandidatas a la gubernatura primero Margarita González Saravia (Morena, PT, PNA, PVEM, MAS, PES) y luego Lucy Meza Guzmán (PRI, PAN, PRD, RSP), parecen haber obligado a las precandidatas a la presidencia de la República, Claudia Sheinbaum Pardo y Xóchitl Gálvez Ruiz, a acercarse más a Morelos. Sheinbaum tiene dos visitas recientes a Morelos para respaldar a Margarita González; y Gálvez recién hizo lo propio con Lucy Meza. La diferencia con campañas anteriores es que ambas aspirantes a la presidencia de la República parecen tener un diagnóstico más o menos claro de la realidad de Morelos y, con todas las limitaciones de la precampaña, han podido esbozar proyectos distintos para sacar a Morelos de las múltiples crisis que atraviesa.

Los síntomas de las muchas enfermedades que padece el estado son igualmente presentes en los discursos de la abanderada de Juntos Seguiremos Haciendo Historia y de la postulada por Fuerza y Corazón por México. Pero lo que han esbozado como propuestas son tratamientos sin duda diferentes, en congruencia con las fuerzas que las respaldan. Hasta ahora Claudia Sheinbaum ha trazado un mayor fortalecimiento del gobierno federal que apoye al estatal y los municipios para el desarrollo local. Xóchitl Gálvez, en cambio, insiste en el empoderamiento de los municipios para desde ahí impulsar el crecimiento.

Más allá de los análisis que debieran hacerse puntualmente de cada uno de los enfoques en lo general y las propuestas en particular, es de reconocerse que, por primera vez en muchos años, Morelos no parece estar lejos de los planes de quienes aspiran a la presidencia de la República. El acompañamiento que las precandidatas a la presidencia dan a sus precandidatas a las gubernaturas ha sido evidente y va más allá de las palmadas en la espalda que los antiguos medios titulaban como “espaldarazo” sin que pasara absolutamente nada más allá.

Los morelenses pueden sentirse optimistas, por lo menos en esta parte de las precampañas, porque han vuelto a ubicarse en una posición tan relevante que los diseñadores de políticas públicas que acompañan a las precandidatas han trazado líneas de tratamiento a los graves problemas que padece el estado, y que fueron abandonados por más de un sexenio.