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Son lamentables las formas de algunos funcionarios públicos, no ya de hacer su trabajo, sino simplemente de atender al público que les paga su salario como lo demostraron ayer un titular de una secretaría, un titular de un instituto estatal y hasta dos guardias de seguridad de Palacio de Gobierno.

Se podría pensar que el grupo de maestros jubilados que ayer fueron repelidos por un par de valientes guardias de seguridad en “la casa de todos”, como atinó a reclamar una de las docentes retiradas, también podría haber resultado inoportuno porque ¿a quién se le ocurre a buscar a funcionarios públicos de alto nivel a tres días de las elecciones? Deben estar muy ocupados en desayunos, almuerzos o en el teléfono buscando a sus contactos para garantizar su permanencia en la nómina y probablemente llevan varias semanas sin pisar la oficina.

En el Instituto de Educación Básica del Estado de Morelos se las ingeniaron para extraviar los cheques con las primas de antigüedad de más de 3 mil profesores en retiro, situación que seguramente se dio hace algunas semanas pues la entrega de los documentos estaba programada para el mes de abril, pero como solamente les daban largas, algunos de ellos decidieron presentarse personalmente en las oficinas de Eliacín Salgado quien quizá estaba paseando a su perro o desatorando la mandíbula del can de la pierna de alguno de sus vecinos, pero el caso es que los jubilados no fueron recibidos.

Como necesitaban alguna solución, decidieron buscar al supuesto jefe de la educación en Morelos, el secretario Luis Arturo Cornejo Alatorre, pero simplemente no pudieron pasar de la puerta porque dos guardias les impidieron el paso: les empujaron las puertas metálicas en la cara y las encadenaron sin importarles encadenar también las manos de algunos profesores.

Por donde se le vea, la de ayer en Palacio de Gobierno es una penosa situación: los profesores necesitan sus ingresos y están dispuestos a ir de oficina en oficina -y de funcionario en funcionario- para que se los recuperen. Los funcionarios, por su parte hacen gala de indiferencia y negligencia pues todo este problema se originó en los entramados burocráticos de las áreas que ellos administran -aunque algo sabrán los docentes porque piensan que Eliacín se está “jineteando” sus primas de antigüedad- y hasta los guardias de seguridad hicieron gala de falta de capacitación para hacer bien su trabajo y reaccionaron como deben estar acostumbrados a hacerlo: a la defensiva y cerrándole la puerta en las narices a la gente.

Sin duda esta administración quiere extender la fama de ineficiencia hasta su último día, como se ve por la forma en que atiende al público, a extrabajadores del estado, a profesores y a personas mayores de edad, pues todo eso eran las maestros que ayer fueron a preguntar a Palacio de Gobierno por el paradero del dinero que, ellos sí, se han ganado con su trabajo.