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Los medios y la opinión pública han estado muy atentos a las decisiones que se toman al interior del partido mayoritario, Morena. Este cuidado no es gratuito, ya que considerando que es la primera fuerza electoral en la actualidad, es muy probable que sea un factor decisivo en las próximas elecciones.

En Morelos, al igual que en otras ocho entidades del país, el proceso para elegir al candidato a la gubernatura -por el momento, el «coordinador de la defensa de la Cuarta Transformación»- parece haberse prolongado demasiado tiempo y, además, de acuerdo con el Comité Electoral de Morena en el estado, se anotaron más de 30 aspirantes en el proceso.

De acuerdo con la logística que se impuso a sí mismo el partido, de ese número se elegiría un máximo de seis precandidatos que, finalmente, serán los que participarán en una encuesta abierta y definitiva de la cual saldrá el «coordinador» o «coordinadora» final. Muchos consideran que es un esquema un tanto complejo que favorece gastos innecesarios, mientras que otros valoran que es una garantía de que no habrá predilecciones personales en la definición de las múltiples candidaturas.

Así, Morena ya ha logrado definir a seis precandidatos de entre los cuales saldrá, a finales de mes, la persona que competirá por la gubernatura de nuestro estado.

A pesar de las opiniones sobre el procedimiento, en Morelos se ha logrado reunir un grupo de diversas personalidades que representan un amplio abanico que podría imponer un sello particular al próximo gobierno.

Entre los seis aspirantes, hay propuestas muy específicas sobre lo que cada uno considera como prioridades que se deben atender y las estrategias para abordar la compleja realidad de nuestro estado.

La mayoría de ellos reconoce que la inseguridad y la violencia son problemas prioritarios y que se debe fomentar la tranquilidad para reactivar la economía, la cual también requiere de esfuerzos como los que no se han visto en los últimos sexenios.

La educación, la salud y el bienestar social deberán armonizarse con el fomento a la inversión, una administración austera y el combate a la corrupción y a la impunidad. Todas son urgencias, el matiz estará en las prioridades, esto es lo que podría marcar la diferencia entre los gobiernos que podrían encabezar los distintos aspirantes.

Por el momento, a pesar de los problemas internos del partido en Morelos, Morena ha logrado reunir un grupo de profesionales que parecen estar conscientes de la magnitud del reto que quieren enfrentar. Esto, al menos, es motivo de optimismo, ya que el primer paso para solucionar los problemas es saber identificarlos. Desde luego, estaremos pendientes de la evolución de la recta final en la larga definición de la candidatura de Morena al gobierno de nuestro estado.