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Un día después de la elección presidencial atestiguaremos un capítulo más de la historia política de México. Quien gane la elección tiene un lugar asegurado en la historia y a partir del 3 de junio tendrá que construir su propio legado. ¿Como será la próxima presidencia? ¿Cuál será su visión de futuro? ¿Cómo será su proceso de decisión que juega un rol crucial en el estilo personal de gobernar? ¿Cómo manejara las inevitables crisis? ¿Cuál será su actitud ante la democracia y los derechos humanos? ¿Qué hará con el lacerante tema de inseguridad y crimen organizado? Cientos de preguntas, tantas como los problemas que vivimos como sociedad, cruzan por nuestra cabeza. Al final las acciones y decisiones de nuestra próxima Presidencia tendrán consecuencias no solo en el curso de la historia de nuestra nación sino también en la vida personal de cada uno de nosotros.

Durante varias semanas en la mayoría de mis columnas he insistido en los muchos llamados que la historia está haciendo a la próxima Presidencia. La lista debería ser más exhaustiva, pero permítanme hacer un recuento de lo que he señalado en este espacio periodístico. La historia está llamando para:

  1. Gobernar no solo para un sector de la población o para una región en específico, reconociendo la deuda histórica que se tiene con mucha regiones y con millones de mexicanos, debe gobernarse para todos.
  2. Gobernar no solo con un grupo de cercanos sino con las mejores mujeres y los mejores hombres de nuestro país. Con personas que tengan “dones” naturales pero también con profesionales que adquirieron “capacidades” y “talentos”. Un equipo de políticos con sensibilidad social y de técnicos que sepan implementar políticas públicas exitosas. Gobernar con un equipo que se complementen unos con otros.
  3. El equipo debe estar integrado por gente de probada lealtad a la próxima Presidencia pero también de probada lealtad a la Patria. Deben ser demócratas de verdad que se comprometan con la transformación del país, dejando al lado sus intereses personales.
  4. En materia internacional ante la amenaza autoritaria de regreso a la Presidencia de Estados Unidos y ante la agenda antimexicana y antiinmigrante, nos queda solo una respuesta: un liderazgo fuerte y con visión que lleve nuestra relación con los Estados Unidos a otro nivel de dignidad. Nadie lo ha logrado a largo plazo, solo fueron momentos, no pudo ni Salinas, ni Zedillo, ni Calderón que estaban cercanos a los Estados Unidos.
  5. Ante las dos guerras, la de Rusia-Ucrania y la de Israel-Palestina los principios históricos de la diplomacia mexicana deben perdurar. La diplomacia mexicana debe recuperar su esplendor con su servicio profesional de carrera.
  6. En Latinoamérica, México ha sido cabeza justo por su neutralidad. Regresar al liderazgo de la región por la colaboración y la neutralidad pasando por resolver a la brevedad la crisis México-Ecuador.
  7. La más importante de las tareas es la reconciliación de México. El llamado de la historia es claro: procurar que los mexicanos vivamos en armonía y paz.
  8. La resurrección del alma mexicana, la comunitaria, la societaria, la que va en contra del individualismo, la fraternal, la solidaria. El ejemplo de la próxima Presidencia debe hacer que por nuestra raza hable nuestro espíritu.
  9. Uno de los grandes retos de la próxima Presidencia es discernir qué cambios debe hacer a la brevedad y cuáles son las políticas públicas que deben continuar. Es claro que a México le urgen cambios pero también le urge no aplicar el borrón y cuenta nueva. Sin embargo no se puede hacer con actitud anquilosada y trabada en el pasado. El vino nuevo en odres viejos se derrama, se desparrama. Vino nuevo, en odres nuevos, eso es lo que México necesita.
  10. Una nueva relación con los poderes Legislativo y Judicial. Poner un alto a las ambiciones de los personajes, ayer árbitros y ministros, hoy activistas y proselitistas políticos. Acabar mediante el respeto a la autonomía del Poder Judicial con el activismo político de sus miembros.
  11. En el Legislativo reinventar un Congreso que no sea servil sino que sirva, que sea funcional, útil para el país. Siempre con respeto a la representación de las minorías sociales y políticas resultado de nuestra actual pluralidad.
  12. Una sociedad que incluya a sus niños para que alcancen su máximo potencial es el inicio a la igualdad social. Reconocer los derechos de los niños es fundamental para nuestra democracia, pero también lo es para la dignidad humana. Hagamos un pacto por la niñez mexicana como dice el Pacto por la Infancia: “Hacer de México un país en el que todas y todos los niños menores de 6 años alcancen su desarrollo pleno e integral mediante el goce efectivo de todos sus derechos.”
  13. Cumplir las promesas, cumplir con la palabra empeñada, recordar en el día a día del ejercicio del poder el juramento constitucional de respeto a la ley y los diversos pactos que se hicieron; los pactos se cumplen si no, mejor no se hacen.
  14. Dejar de mentir, México está cansado de lideres que mienten como forma de vida. Está acreditado en diferentes estudios que las mujeres mienten menos que los hombres. Ojalá ahora que tendremos una nueva Presidencia esta cultura de la mentira sea combatida. A México le urgen lideres políticos sinceros, honestos que digan y actúen con verdad.
  15. La cohabitación política donde partidos diferentes a Morena gobiernen. No le conviene a México un nuevo partido de estado, muchos hemos luchado y muchos lucharemos para no volver atrás. México es la casa de todas y todos los mexicanos no debe ser propiedad de ningún partido.
  16. Cumplir con el sueño de las y los demócratas mexicanos de tener elecciones libres donde los ciudadanos puedan elegir a sus gobiernos sin presiones, sin chantajes y sin compra de votos. Garantizar y perfeccionar el sistema electoral para vivir en un país verdaderamente democrático con voto obligatorio y en urnas electrónicas.
  17. Alcanzar la paz, “hemos vivido mucho tiempo con los que aborrecen la paz” y “con los necios que aman la intriga y enredan a todos en sus pleitos pero no con los sabios que siembran la paz”. Recuperar el gobierno territorial persiguiendo a los generadores de violencia. Ya sembraron con su sangre muchos, esa semilla debe dar como fruto la reconciliación entre los mexicanos.
  18. Combatir la impunidad, no puede haber otro sexenio en el que las personas que violenten nuestra normas jurídicas nadie los persiga y encarcele. Impunidad y corrupción son los principales lastres de México.
  19. Energía para impulsar el crecimiento de México con fuentes limpias que cuiden nuestro medio ambiente. Nuestro llamado es ser potencia pero se necesita tecnología, no hay mañana.
  20. Educación como prioridad. Solo educando tendremos ciudadanos libres. La educación es el mejor medio de movilidad social.

Paz, Empleo, Educación, Salud (PEES), con eso tendríamos un gran gobierno.

Mas allá del llamado que la historia está haciendo a quien gane la elección presidencial del domingo, lo importante es que todas y todos los mexicanos salgamos a votar. La única manera de construir nuestro país y fortalecer el régimen democrático es saliendo a votar, de cambiar el rumbo de nuestra historia individual, familiar y, como sociedad, es acudiendo a las urnas.

Urgen líderes demócratas pero esos lideres son resultado de sociedades libres que anhelan vivir en paz y en armonía. Para dar el siguiente paso debemos abarrotar las urnas con nuestros votos, unas horas invertidas en nuestro futuro y sobre todo en el de nuestros hijos valen lo que vale nuestra vida. El voto es un derecho pero es también una obligación. México nos lo demanda: HAGAMOS HISTORIA SALIENDO A VOTAR.