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Sal

(Segunda parte)

Carmelo Enríquez Rosado*

Protagonista de hechos históricos

La sal ha sido protagonista de importantes movimientos sociales: En Francia, en el siglo XIX, la aplicación del impuesto al consumo y la comercialización de la sal era bastante impopular por tratarse de un alimento de primera necesidad. Fue abolido entre las primeras medidas de la revolución francesa.

Histórica fue la marcha de la sal encabezada por Ghandi Marcha de la Sal, un acto de desobediencia civil como protesta a nivel nacional por la negativa británica de conceder el status de dominio a la India.

Gandhi estaba consciente del potencial de una movilización si se dirigía contra una situación perjudicial a toda la sociedad India como el monopolio de la sal. La protesta contra la prohibición de producir la sal para el autoconsumo del pueblo levantaría la indignacion, fueran hindúes o musulmanes, independientemente de su casta se movilizarían amplios sectores de manera más eficaz que si fuera de manera expresa contra el dominio inglés. Sabía de la fuerza de masas y así iniciaría una marcha. Al principio acompañado por pocos seguidores, continuó su paso por las localidades y un mayor número de personas se sumaba a la causa evidentemente indignada con el impuesto británico. Finalmente esa movilización triunfó y a mediano plazo la India recuperó su independencia del colonialismo británico.

José Martí se refirió al valor de la autonomía del municipio, a través de él en la mayoría de las colonias, entró la libertad la América. Esa es la raíz, y esa es la sal de la libertad: el municipio. Él templa y ejercita los caracteres, el habitúa al hombre al estudio de la cosa pública, y a la participación en ella, y a aquel empleo diario de la autoridad por donde se aquilata el temple individual, y se salvan de sí propios los pueblos.

La sal bíblica

Cientos de años antes, Jehová, harto de la descomposición de Sodoma y Gomorra, envió dos ángeles a Sodoma y dijeron: Jehová nos ha enviado para destruirlo. Al amanecer los ángeles dicen a Lot: levántate, toma a tu esposa y a tus dos hijas. Cuando los hubieron llevado fuera, uno dijo: Escapa por tu vida; no mires tras de ti ni pares en toda esta llanura; escapa al monte.

Jehová hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra, destruyó las ciudades y toda aquella llanura y el fruto de la tierra. La esposa de Lot miró atrás, se volvió estatua de sal.

El Mar Muerto, donde hundirse es imposible, la presencia de tanta sal impide cualquier forma de vida (de ahí su nombre). En 40 millones de toneladas de sal el agua se hace más densa y permite al cuerpo humano flotar de manera natural, sin dificultad. Situado entre Israel, Jordania y Palestina es el centro de una guerra contra sus pueblos originarios. Sobre la superficie de mar de Galilea caminó Jesús, según el Nuevo testamento.

En esos lares y andares Mateo nos dice, Jesús expresó el Sermón de la montaña a quienes lo seguían y escuchaban: a los pobres, a los que lloran, a los mansos, a los que tienen hambre y sed de justicia, a los pacificadores, a los perseguidos, a los vituperados : “Vosotros sois la sal de la tierra: y si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada?.”

León Felipe finaliza estos comentarios y nos obsequia su Piedra de Sal:

Tu estabas dormida

como el agua que duerme en la alberca …

y yo llegué a ti

como llega

hasta el agua que duerme

la piedra.

Turbé tu remanso y en ondas de amor te quebraste

como en ondas el agua que duerme se quiebra

cuando

llega

a turbar su remanso dormida

la piedra.

Piedra fui para ti, piedra soy

y piedra quiero ser, pero piedra

blanda de sal

que al llegar a ti se disuelva

y en tu cuerpo se quede

y sea

como una levadura de tu carne

y como el hierro de la sangre en tus venas.

Y en tu alma deje una sed infinita

de amarlo todo … y una sed de belleza

insaciable…

eterna…

*Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública