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Como a finales de 1993 se había rajado el que sonaba para candidato a gobernador por el PRD y salí de emergente, busqué a una experta para que me ayudara con el diseño de propaganda; la conocía desde 1977 en el Comité de Solidaridad con Nicaragua y de 1982 a 1986 tres veces por semana coincidíamos en la imprenta de Cornelio Olmos donde me hacían Hoja Obrera y Correo del Sur. Aceptó y de inmediato organizó una cena en su casa.

—Te presentaré algunos amigos —me dijo.

Así fue como una fresca noche, por los rumbos de Calzada de Los Reyes, me presentaron a don Adalberto Ríos Szalay.

—Conozco tu crónica sobre Xoxocotla. Te felicito —me palmeó la espalda.

En la sobremesa brotó el slogan: “Si votas, Vences”.

En caliente, al otro día, Adalberto vino a Jojutla para tomarme fotos.

—Quisiera preguntarte por tus honorarios —dije después que almorzamos y antes de salir a buscar escenarios.

—Con los deliciosos chiles de queso, chicharrón y frijoles de olla con que nos agasajó Carolina me doy por bien pagado —respondió.

Pasada la campaña regresé a trabajar en mi imprenta en la que decidí hacer calendarios con imágenes de Morelos. Volví con Adalberto y le presenté mi proyecto.

—Los calendarios son para vender. ¿Cuánto me cobrarás?

—¿Qué imágenes necesitas? —preguntó.

—Una de Xochicalco y otra de Tepoztlán.

Me sentó en su enorme mesa de luz en la que depositó dos cajas de diapositivas.

—Escoge —me dijo.

Después que seleccioné dos, volví a preguntar por el costo.

—Solo dame el crédito al pie de la foto y firma un vale con fecha de devolución.

—Adalberto, de verdad, cóbrame.

Me palmeó la espalda y me regaló una foto de un veterano zapatista en tamaño cuatro cartas.

En 1998, en calidad de presidente estatal del PRD estatal (primera fuerza política) propuse a don Jorge Morales Barud como gobernador interino y él, en correspondencia, me pidió que en dos días le sugiriera personas para su gabinete.

Fui con Adalberto.

—Quiero proponerte para presidir el Instituto de Cultura, pero necesito tu anuencia.

—No puedo, tengo proyectos y demasiados compromisos, mi agenda saturada; además a mí no asienta la burocracia.

Pero aceptó para fortuna de los morelenses, hombres y mujeres.

Y luego vendrían dos bochornosas situaciones en que lamentablemente lo involucré. De esto escribiré en quince días.

Foto tomada por Adalberto Ríos Szalay. Diciembre de 1993. Jojutla. / Cortesía del autor