Las Muertes Maternas
Héctor H. Hernández Bringas*
El 29 de mayo pasado, la Jornada Morelos daba cuenta de las declaraciones de la Dra. Angélica Martínez, titular del órgano de operación administrativa desconcentrada del IMSS en Morelos, en el sentido de que dicha institución lleva tres años sin registrar una sola muerte materna. Esta sería, sin duda, una buena noticia, pero en Morelos y, en general, en el país es una problemática que está lejos de ser superada y que, por el contrario, ha presentado retrocesos.
Las muertes maternas son aquéllas que ocurren por complicaciones durante el embarazo, el parto o el postparto. Gran parte de esas complicaciones ocurren durante el embarazo, y son, en su mayoría, prevenibles o tratables; a nivel mundial, según informes de la Organización mundial de la salud, las principales complicaciones, causantes de prácticamente el 75% de todas las muertes maternas son las hemorragias graves (generalmente después del parto); las infecciones; la hiperpresión arterial durante el embarazo (preeclampsia y eclampsia); las complicaciones en el parto, y los abortos peligrosos.
De acuerdo con información de la Organización mundial de la Salud (OMS), en 2020, cada día murieron casi 800 mujeres por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto. Es decir, se produjo una muerte materna prácticamente cada dos minutos. El 95% de todas las muertes maternas se dieron en países de ingresos bajos y medianos bajos.
A nivel mundial esta problemática se mide a través del indicador “razón de muerte materna” (RMM) que nos indica el número de muertes de madres por cada cien mil nacimientos. En 2020, a nivel mundial, la RMM fue de 34. Pero los contrastes son muy elevados: La razón de mortalidad materna en los países de ingresos bajos en 2020 fue de 430 por 100 000 nacidos vivos, frente a 12 por 100 000 nacidos vivos en los países de ingresos altos.
El caso de México, si bien no tiene los altos niveles de África Subsahariana, aun presenta una problemática importante a este respecto. Hasta antes de la pandemia, el país registraba reducciones lentas, pero posteriormente se registraron incrementos muy considerables. Si en 2019 el país estaba en el promedio mundial, para 2020 casi lo duplica.
* Indica el número de muertes de madres por cada cien mil nacimientos
Fuente: elaboración propia con datos de nacimientos deINEGI, y datos de muertes maternas de la SSA.
Morelos, por su parte, de tener una mortalidad materna muy por debajo de la nacional, ahora prácticamente la ha igualado: el indicador se duplicó entre 2018 y 2021.
Así que, qué bueno que en el IMSS no se ha registrado ese fenómeno en los últimos años. Tal vez sea porque muchas mujeres no han tenido nunca acceso al IMSS, o bien porque quienes sí lo tenían, no pudieron disponer de sus servicios por la reconversión hospitalaria asociada a la pandemia, y simplemente murieron sin atención médica, como parecen indicarlo las cifras.
La mayoría de las muertes maternas son evitables, y por ello inaceptables. La OMS nos lo dice así: “Las soluciones de atención de salud para prevenir o tratar las complicaciones son bien conocidas. Todas las mujeres necesitan acceso a unos cuidados de alta calidad durante el embarazo, así como durante el parto y después de él. La salud materna y la neonatal están estrechamente vinculadas. Es especialmente importante que todos los partos sean atendidos por profesionales de la salud cualificados, ya que la atención y el tratamiento oportunos pueden, tanto en el caso de la mujer como en el del recién nacido, decantar la balanza del lado de la vida”.
Pero en México y en Morelos prevalece un sistema de salud cada vez más deficitario en términos de cobertura y calidad, con recursos humanos y materiales insuficientes, y frecuentemente con maltratos y discriminaciones en razón de origen social, étnico y de género. Si bien la pandemia puede explicar parte de los incrementos en la mortalidad materna, detrás de ello también está el deterioro en los servicios de salud.
*Investigador del CRIM de la UNAM en Cuernavaca
