loader image

Jóvenes que no estudian ni trabajan: objetivo del programa “Jóvenes Construyendo el Futuro.

Héctor H. Hernández Bringas*

El programa Jóvenes Construyendo el Futuro, está destinado al apoyo de personas de entre 18 a 29 años que no estudian ni trabajan, el propósito es que puedan formarse, capacitarse en el mercado de trabajo, a través de su incorporación a empresas, talleres, PYMES u oficinas de gobierno. Cada joven recibe una beca que ha ido variando con el salario mínimo y que, en 2022, fue de 5 mil 285 pesos al mes, conseguros de enfermedad y maternidad y por riesgos de trabajo durante 12 meses. Entre sus requisitos están asistir los días y horas establecidas en el plan de capacitación.

Antes de analizar los alcances del programa en México y en Morelos, convendría echar un vistazo al contexto social al que responde.

De acuerdo con los promocionales del programa, la población objetivo rebasa los dos millones de personas, es decir, jóvenes entre 18 y 29 años que no estudian ni trabajan. Sin embargo, esa cifra resulta cuestionable: en el país existían, en 2021, casi 26 millones en esas edades, de los cuales 5.1 millones no estudiaban ni trabajaban, de acuerdo con diversas estimaciones. En Morelos, los jóvenes de esa edad eran poco más de 400 mil, de los que podríamos estimar que 82 mil eran los llamados “Ninis”.

No cabe duda de que muchos de estos jóvenes viven una tremenda situación de exclusión al no encontrar alternativas educativas y laborales. Enfrentan obstáculos por la escasa oferta educativa y de mala calidad, la ausencia de oportunidades laborales y limitantes familiares, como pueden ser su dedicación al cuidado de otros miembros del hogar, las uniones conyugales y los embarazos tempranos.

Cuando la conclusión de la educación básica, o bien el abandono escolar, ocurren simultáneamente con la falta de oportunidades laborales, entonces más jóvenes se integran a este contingente de los que no estudian ni trabajan. Algunos análisis han mostrado que esta condición se asocia con otros fenómenos como la recurrencia de orientaciones suicidas, criminales y adictivas.

Pero, más allá de los riesgos que estos grupos sociales pueden padecer, también es claro que es un grupo heterogéneo. De acuerdo con diversos análisis, tres de cada cuatro son mujeres con trabajo no remunerado en el hogar y en su mayoría tienen una pareja que trabaja. Los hombres, por su parte, en su gran mayoría viven con y dependen de sus padres. Realmente los “Ninis” propiamente desempleados (que perdieron el trabajo o que buscan trabajo) podrían representar una cuarta parte del total de este grupo, de acuerdo con diversos análisis que lo muestran de manera consistente

El fenómeno de los “Ninis” se presenta a nivel global. La OCDE señala que el paso de la educación al trabajo es un fenómeno complejo con matices culturales en los distintos países. Se relaciona con los años de escolaridad, la calidad educativa, y las condiciones del mercado, entre otros factores. 

Lo cierto es que cualquiera que sea la circunstancia específica de los jóvenes que no estudian ni trabajan en nuestro país, entre ellos la intensidad de la pobreza es más pronunciada en relación con sus contrapartes que sí trabajan o están matriculados en una institución educativa.

*Investigador del CRIM de la UNAM en Cuernavaca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *