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Agua para millones de mexicanos

 

Después de alcanzar sus niveles más bajos de la historia, comienzan a subir los niveles de las presas que abastecen a las zonas metropolitanas más grandes y pobladas del país.

Los primeros ciclones han dejado grandes beneficios en términos de llenado de las presas y recarga de acuíferos, o más bien, en términos de lo que esto significa de reservas para abastecer de agua potable a millones de mexicanos durante los próximos años, para la producción de alimentos durante el siguiente ciclo agrícola y la generación de energía eléctrica para el sistema eléctrico nacional.

Tan solo las lluvias que trajo el primer ciclón de la temporada, la tormenta tropical “Alberto”, dieron un enorme respiro a los almacenamientos de las presas en el norte del país, por ejemplo, la presa “El Cuchillo”, una de las que se abastece a la ciudad de Monterrey, alcanzó un 84 por ciento (%) de su capacidad máxima ordinaria, registrando un almacenamiento 947 millones de metros cúbicos el 25 de junio.

Este almacenamiento, combinado con el de otras presas, garantiza un periodo de 28 meses de abastecimiento a la ciudad de Monterrey su zona metropolitana. Más de dos años de agua asegurada, después de la crisis tan severa por la que acaban de pasar, es sin duda un gran alivio para todos.

Por otra parte, se generó una alerta en términos de seguridad, las crecientes de los ríos provocan desbordamientos, inundaciones y muertes. Y también riesgos para las presas y la población que vive en sus zonas de influencia o de riesgo. No es para menos, volviendo al ejemplo de “El Cuchillo”, en tan solo 5 días incrementó su nivel alrededor de 53 %. Por ello, y siguiendo los protocolos de seguridad y prevención, se determinó realizar las maniobras necesarias para regular el nivel de llenado del embalse. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) inició el desfogue controlado de 100 metros cúbicos por segundo (m3/s) de agua hasta que el nivel de la presa se estabilice, esto con el objetivo de garantizar la seguridad de la infraestructura y de la población aledaña.

Estos desfogues se realizan bajo condiciones controladas por el propio diseño de la presa; sin embargo, con fines preventivos, se giran avisos a Protección Civil del estado, para que este a su vez realice el protocolo de avisos a los municipios aledaños a la presa, a fin de que estén atentos a los reportes meteorológicos que emita la Conagua y a las recomendaciones que señalen las autoridades de Protección Civil.

En lo que se refiere al sistema Cutzamala, del que se abastece a un 20% de la población de la zona metropolitana de la CDMX, la recuperación no ha sido tan rápida pero ya comienza a notarse. Era urgente.

Tan solo la semana pasada el Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas (CTOOH) determinó reducir aún más la aportación de este sistema a la población de la CDMX y los 16 municipios conurbados del Estado de México. El abastecimiento alcanzó el nivel más bajo al menos del que yo tenga memoria, de los 15 mil litros por segundo que debería abastecer, se determinó reducir la extracción a solo 6 mil litros por segundo. Se dice fácil pero esto representa escasez de agua para millones de personas. Si, millones. Mi reconocimiento al SACMEX, a la CAEM y a los organismos operadores de agua del estado de México por el manejo que han hecho de esta crisis, no se ha notado, por mucho, la magnitud del recorte que han tenido que administrar. Seguramente en los próximos días esta medida comenzará a revertirse y que bueno, porque los acuíferos de la zona son los que han cargado con este déficit. Hasta ahora han soportado, pero es un aprovechamiento insostenible en el mediano y largo plazo.

*Profesor, consultor y gerente general de AQUATOR