Vincenzo Rosenber*
Anna Seghers nació en Alemania, su nombre real era Netty Reiling. Venía de una familia judía y creció en un entorno intelectualmente estimulante. Estudió filología y escribió su tesis sobre el poeta judío Heinrich Heine. En 1925, se casó con el escritor y crítico literario László Radványi, con quien tuvo dos hijos. Adoptó el seudónimo de Anna Seghers, quizás inspirado en la pintora holandesa del siglo XVII Gerard ter Borch, cuyo nombre original era Gerard Terburg, pero firmaba sus obras como «Seghers». Desde su propio autobautizo, Anna ya se mostraba como una maestra de la metáfora y la representación, y desde ahí escribió. En 1933 se exilió a Francia. El año en que se estableció el primer campo de concentración alemán. En Francia, Seghers se afilió al partido comunista y difundió panfletos y periódicos clandestinos para combatir el nazismo.
Elefanta Editorial y La Cifra Editorial están haciendo un rescate de la obra de la autora. Publicaron Tránsito, en 2022, una obra originalmente publicada en 1944. Tránsito sigue a un narrador anónimo, un refugiado alemán, que se encuentra en la ciudad de Marsella, Francia, mientras espera la oportunidad de escapar del país y huir hacia América. El narrador se encuentra en una situación de limbo, atrapado entre su pasado en Alemania y la incertidumbre de su futuro en el exilio. Busca obtener un visado de tránsito que le permita embarcar en un barco con destino a México, pero se enfrenta a diversos obstáculos burocráticos y una intensa vigilancia por parte de las autoridades.Eventualmente aparecen otros refugiados y personajes en la ciudad, cada uno con sus propias historias y esperanzas de escapar de la guerra y el fascismo. La novela explora temas como la identidad, la desesperación, la solidaridad y la lucha por la supervivencia en un mundo en crisis.
Anna Seghers cuenta Tránsito de primera mano. En 194, Seghers se exilió a México. Formaba parte de un grupo de antifascistas que lograron llegar a este país. Para ella, como judía, Europa representaba un peligro doble. La segunda y reciente publicación que coeditaron Elefanta y La cifra, fue La Séptima Cruz, publicada por primera vez en 1942, durante el exilio de Anna Seghers en México. La séptima cruz se convirtió rápidamente en un símbolo de la resistencia antifascista y fue la primera obra literaria que construyó una estampa brutal del nazismo, enquistado en todos los niveles sociales e institucionales de la Alemania de la preguerra. La historia se desenvuelve en 1936, cuando siete prisioneros escapan de un campo de concentración. Para los oficiales nazis, el escape es una afrenta personal. Para los fugitivos, la última oportunidad de sobrevivir a un cautiverio inhumano, el único destino para los disidentes políticos en la Alemania de Hitler. Durante siete días, seis de los siete prisioneros son arrestados y crucificados.
La séptima cruz narra magistralmente la persecución implacable del último prófugo. Durante siete días de acción frenética, el comunista Georg Heisler, un antihéroe convertido en símbolo de la esperanza, que intentará huir y encontrar un resquicio de humanidad en la creciente degradación moral de la sociedad alemana. Seghers nos ofrece el retrato polifónico de una sociedad entregada a un régimen asfixiante en la que los vecinos se espían; los amigos se cuidan de decir lo que piensan; las juventudes hitlerianas, apenas niños, se vuelven celebran la degradación y la muerte de los traidores; los campos de concentración se convierten en la encarnación del dolor, el silencio y la muerte. ¿Quién, en esa siniestra trama de informantes y ciudadanos temerosos, se atreverá a tenderle la mano a un fugitivo? Dedicada a todos “los antifascistas alemanes, vivos o muertos”, La séptima cruz, un clásico indiscutible, fue adaptada al cine en Estados Unidos en 1944.
*Emiliano Becerril invita a Vincenzo Rosenber a escribir sobre Anna Seghers, y sobre el rescate que dos editoriales hacen sobre una autora esencial
