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Martha Elena Munguía Zatarain*

A pesar de la larga relación en múltiples ámbitos que ha tenido nuestro país con la república hermana de Cuba, no siempre ha fluido muy bien el circuito de intercambio cultural y literario. Esta es la primera razón por la que debemos celebrar Caballería mutante, publicación hecha en coedición Universidad Veracruzana y Elefanta Editorial, y selección y notas por José A. Cantallops y Yoss.

Estamos, pues, ante la imaginación creativa de una nueva generación pujante y osada que se ha propuesto recrear y renovar el género de lo fantástico en nuestro continente.

Yoss elaboró una primera clasificación del material en 7 grandes apartados, según la orientación de cada uno de los cuentos: “Fantasía heroica”; “Fantasía de la tierra moribunda”, “Fantasía épica realista”, “Fantasía slipstream”; “Fantasía Bangsian”; “Fantasía erótica” y “Fantasía urbana”.

Hay aquí mundos apocalípticos en donde los seres humanos se arrastran para lograr una supervivencia precaria y dolorosa; el lector encontrará seres sobrenaturales como los hipogrifos, dragones, sirenas o alimañas salidas de infiernos oníricos, instrumentos mágicos, como la clásica espada milagrosa, que no puede faltar; pócimas; brujos; hombres descomunales que, además, suelen ser ladrones, tramposos y traidores. 

Y, a propósito de esto, nos podemos percatar de cómo nuestras sociedades actuales prácticamente no pueden ya imaginar la heroicidad de la épica de antaño: los héroes de hoy no son ajenos a la barbarie, operan en las sombras y son capaces de robar, traicionar, estafar sin ningún remordimiento. La ética dominante e hipócrita de nuestros días es puesta de cabeza en casi todos estos relatos, porque, como apunta Yoss, el ser humano de estos cuentos es falible, corrupto incluso, y no le importa el bien y el mal. 

Justamente, por esto y por más fantasioso que resulte el mundo recreado, no deja nunca de mantener un vínculo con nuestra vida, con lo que nos aqueja y nos preocupa en cuanto a la catástrofe ecológica que nos acecha, por ejemplo. Ya no hay lugar para la heroicidad grandilocuente en este mundo, parecen decirnos todos estos relatos.

El cuento “Amarás a tu madre por encima de todas las cosas”de Elaine Vilar Madruga, una ficción ciertamente apocalíptica y desoladora. Tampoco podían faltar en estos cuentos las alusiones al peso insoportable de la burocracia que tanto nos oprime a los latinoamericanos, a tal punto que esta misma pesadilla se traslada a la imaginación de un más allá dominado por el horror de la tramitología, más allá de la nigromancia o de los fantasmas; aquí voy a mencionar otro de los cuentos que destacan en este rubro, oigan bien el título y háganse una idea: “Trámite mío que estás en los cielos” de Amelia Martínez Apollinario. 

Hay algo poco usual en los relatos fantásticos clásicos: la presencia del erotismo… pues aquí es posible hallar relatos fantásticos que lindan con lo explícito, a contracorriente de la tradición mojigata. Y también destaca la presencia del humor. Aquí encontrará el lector cuentos en los que se narra con el espíritu lúdico de la risa y lo jocoso, sin que se pierda el efecto de lo sobrenatural.

En fin, se podría hablar mucho más de cada uno de estos relatos, pero no hay que abusar, así que sólo me queda invitarlos a que lean el libro, lo comenten, lo recreen y que participemos de la fiesta del florecimiento de este género tan prometedor.

*Emiliano Becerril invitó a Martha Elena Munguía Zatarain, académica de la Universidad Veracruzana

Posible entrecomillado

“… nos podemos percatar de cómo nuestras sociedades actuales prácticamente no pueden ya imaginar la heroicidad de la épica de antaño: los héroes de hoy no son ajenos a la barbarie, operan en las sombras y son capaces de robar, traicionar, estafar sin ningún remordimiento”.

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