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Antonio Sarmiento Galán

El grupo Copernicus acaba de mostrar que junio del 2024 fue el duodécimo mes en el que la temperatura global alcanzó valores iguales o superiores a 1.5 ºC por arriba del promedio pre-industrial (1850-1900), es decir, ya hemos estado soportando durante un año una temperatura por encima del valor máximo acordado en París (2015) y las consecuencias climáticas han sido severas, especialmente en la pérdida de vidas en la mayoría de las especies, incluyendo a la especie humana donde la pérdida se sufre principalmente por los pobres que ni siquiera saben si van a tener que comer el día de mañana.

Anomalías mensuales de la temperatura del aire en la superficie global (°C) en relación con el valor promedio 1850-1900, desde enero de 1940 hasta junio de 2024, graficadas como series de tiempo para los lapsos de 12 meses que van de julio a junio del año siguiente. La línea roja gruesa muestra los 12 meses entre julio de 2023 y junio de 2024, mientras que los demás lapsos se muestran con líneas finas coloreadas según la década: el azul (década de 1940) hasta el rojo ladrillo (década de 2020). Fuente: ERA5. Servicio de calentamiento global Copernicus/ECMWF

No olvidemos que ningún intento por disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEIs) ha sido respetado o cumplido por los gobiernos que firmaron tal acuerdo y menos aún por las grandes corporaciones que apoyaron a quienes ocupan los cargos principales en dichos gobiernos. Y tampoco olvidemos que el aumento de la temperatura se debe a los gases que ya hemos emitido en el pasado y se han ido acumulando en la atmósfera donde causan el calentamiento vía efecto invernadero, es decir, que aun y si hoy, milagrosamente, dejásemos de emitir esos GEIs, la temperatura global seguirá aumentando durante varias décadas o más después de que hayamos dejado de emitir GEIs.

Sabemos que el fenómeno del calentamiento se está acelerando y que mientras sigamos emitiendo GEIs, seguirá creciendo el lapso necesario para que la temperatura se estabilice una vez que ya no se emitan GEIs. Los únicos que por su cultura y convivialidad con la naturaleza tienen emisiones negativas o captura de GEIs, son el reino de Bután y el archipiélago de Fiyi (Climate Watch 2021).

La pérdida de vidas humanas, que antes del calentamiento global era mayor por el impacto de temperaturas muy bajas, se ha vuelto comparable a la pérdida por temperaturas muy elevadas (Ritchie 2024), influenciada por la desigualdad con que enfrentamos tales impactos (Oxfam 2024). Esta desigualdad es mucho mayor en el caso de México, donde encontramos a 14 ultrarricos que concentran 8.18 de cada 100 pesos de la riqueza privada nacional, equivalentes a casi 180,000 millones de dólares.

De acuerdo con Oxfam, la riqueza de quien encabeza la lista es tanta como la que tiene la mitad más pobre de los mexicanos, alrededor de 63.8 millones de personas. Partiendo de que en México no solo hay pobres, sino pobres extremos, la ONG aporta otro dato que describe esta enorme acumulación de riqueza: poco más de nueve millones de personas en nuestro país no saben si podrán comer al día siguiente, mientras que una sola persona concentra casi 1 de cada 20 pesos de la riqueza mexicana. Otro ejemplo: de manera conjunta, la fortuna de los dos más ricos creció 70% durante los últimos cuatro años, de acuerdo con Oxfam. Esa fortuna representa 5.8 pesos de cada 100 en la riqueza privada de México, y equivale a la riqueza de la mitad de la población más pobre de América Latina y el Caribe, unos 334 millones de personas. De hecho, en todo el subcontinente, las personas más ricas son estos dos mexicanos.

El reporte indica que para entender lo extraordinario de la situaciónn mexicana, resulta reveladora la comparación con Brasil, la economía más grande de la región y con una sociedad tan marcada por las extremas desigualdades como México. En contraste con los 14 ultrarricos mexicanos, hay 58 ultrarricos brasileños que concentran una fortuna conjunta de 192,200 millones de dólares, equivalentes a 4.15 de cada 100 dólares de la riqueza privada de dicho país. De ellas, la mayor fortuna, 18,200 millones de dólares de Vicky Safra, es 5.4 veces menor que la del primer ultrarrico mexicano.

Oxfam describe cómo los ultrarricos mexicanos se han beneficiado de la ola de privatizaciones de empresas estatales avaladas a finales del siglo pasado, así como de un sinfín de concesiones, licencias y permisos de explotación de bienes nacionales, como la telefonía, las vías ferroviarias, el espectro radioeléctrico y la minería. Además, se han aprovechado de un sistema legal y tributario hecho a modo para incrementar sus fortunas de manera desproporcionada. Esta radiografía de la desigualdad no solo alcanza a los gobiernos del PRI y del PAN, autores de las privatizaciones (destacando Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce), sino también a la administración de Andrés Manuel López Obrador, que, si bien ha implementado medidas que mejoraron el ingreso —el aumento al salario mínimo y la mayor cobertura de transferencias sociales— se ha resistido a impulsar una reforma fiscal progresiva para gravar las fortunas.

En las últimas cuatro décadas, más de 1,000 empresas públicas fueron privatizadas, al grado de que en 2020 solo quedaban 66. Muchas de las empresas desincorporadas pasaron a manos de quienes hoy son los ultrarricos de México; estas privatizaciones y concesiones han sido hasta nuestros días, la fuente principal de muchas de esas fortunas. De acuerdo con Oxfam, el resto de los ricos en México son 293,980 personas con fortunas arriba de un millón de dólares y que concentran 60 pesos de cada 100 de la riqueza privada; este segmento incluye a los ultrarricos y equivale a la población de Pachuca, capital del económicamente pobre estado de Hidalgo.

La ONG señala que, si bien ha habido avances en la política salarial y social que han mejorado la distribución del ingreso, las reglas del juego siguen beneficiando a los ricos y ultrarricos. El informe expone cómo, de 2008 a 2022, entre el 50% y el 60% de los ingresos totales del país se lo llevaron quienes poseen empresas (no pequeñas). Tan solo en 2022, durante la pandemia, se llevaron 55 de cada 100 pesos, mientras que los trabajadores ingresaron 39 pesos, y el gobierno 5 pesos (descontados los subsidios de los impuestos totales). Esta cifra contrasta con la proporción de los ingresos totales que se lleva el sector privado en otros países: 45% en Brasil, 33% en Estados Unidos o 32% en Francia, indica el estudio.

La frágil normativa tributaria no solo permite a los ricos y ultrarricos aumentar su fortuna, sino empobrecer al resto. Se les ha concedido un poder de mercado que les permite fijar los precios en los principales sectores de la economía nacional, un combustible para avivar el fuego de las desigualdades, apunta la ONG y añade que esto les ha permitido aprovecharse de los choques económicos tras las recientes crisis globales para incrementar sus ganancias al subir los precios de los productos en los sectores que controlan más de lo que aumentaron los precios en el agregado de la economía mexicana.

Los 14 ultarricos (y sus negocios): Carlos Slim (Grupo Carso: telecomunicaciones, construcción, minería, comercio minorista, bienes raíces, banca, energía); Germán Larrea (Grupo México: minería, ferrocarriles, infraestructura, entretenimiento); Ricardo Salinas Pliego (Grupo Salinas: telecomunicaciones, banca, comercio minorista); Alejandro Baillères (Grupo Peñoles: minería); María Asunción Aramburuzabala (Tresalia Capital: cervecería e inversiones inmobiliarias); Antonio del Valle Ruiz (Mexichem: industria química, construcción, energía, minería, banca); Rufino Vigil (Industrias CH: acerería); Carlos Hank Rhon (Grupo Interacciones y Hermes: banca y construcción); Juan Domingo Beckmann (Becle: venta de tequila); Fernando Chico Pardo (Asur: industria aeroportuaria y turismo); Karen Virginia Beckmann (Becle: venta de tequila); Roberto Hernández Ramírez (Inversiones en telecomunicaciones, banca y construcción); David Peñaloza Alanís (Pinfra: infraestructura); Alfredo Harp Helú (Comercio minorista, entretenimiento, banca).

La mitad pobre de la población en Latinoamérica y el Caribe seguirá sufriendo las muertes prematuras que causan estas desigualdades en la distribución de la riqueza generada por todos o sabiendo que cuenta con el apoyo de la mayoría de los mexicanos ¿se animará la primera presidenta de México a seguir el ejemplo de Lázaro Cárdenas del Río?

Citas

Climate Watch 2021. Historical GHG Emissions 1990-2020. https://www.climatewatchdata.org/ghg-emissions?end_year=2020&source=Climate%20Watch&start_year=1990&utm_campaign=climatewatch%20&utm_medium=email&utm_source=newsletter

Copernicus 2024. https://sites.ecmwf.int/data/c3sci/bulletin/202406/press_release/

Oxfam 2024. Las desigualdades matan https://www.oxfam.org/es/informes/las-desigualdades-matan El monopolio de la desigualdad. Cómo la concentración del poder corporativo lleva a un México más desigual https://www.oxfammexico.org/wp-content/uploads/2024/01/El-monopolio-de-la-desigualdad-Davos-2024-Briefing-Paper.pdf

Ritchie H. 2024. How many people die from extreme temperatures, and how could this change in the future I. OurWorldInData.org

https://ourworldindata.org/part-one-how-many-people-die-from-extreme-temperatures-and-how-could-this-change-in-the-future