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Del Big Data al Big Brother

Braulio Hornedo Rocha*

Para: MGSC

La información es el resultado de la recopilación, organización, análisis e interpretación de datos. Pero debemos evitar usar datos e información como si fueran sinónimos, cosa que sucede de manera frecuente en el habla popular, aunque la confusión se da también entre universitarios, intelectuales, periodistas y políticos por igual.

Cuando el robusto matemático y próspero empresario británico de la ciencia de datos Clive Humby declaró en 2006 que “los datos son el nuevo petróleo”. Estableció una analogía que compara el impacto que tuvo el petróleo en la civilización industrial durante el siglo XX, con las profundas transformaciones que vemos surgir, derivadas de la manipulación de grandes cantidades de datos al inicio del siglo XXI.

Humby y su esposa Edwina Dunn descubrieron que se puede ganar mucho dinero a partir de la gestión cuidadosa de grandes volúmenes de datos resultado de la creciente informatización de la sociedad. Las redes socio digitales, el internet de las cosas, la geolocalización, la red G5, son algunas de las fuentes de esta producción masiva de datos que detona la gran explosión del Big Data. Son cinco las características distintivas de los datos reconocidos como Big Data: 1. Volumen; 2. Velocidad; 3. Variedad; 4. Veracidad; 5. Valor.

El término Big Data significa un gran volumen de datos que se mueven a gran velocidad y son de muy variada naturaleza. Datos que pueden ser verificables para comprobar su veracidad y tienen un valor de uso personal, o bien, un valor de cambio en el mercado. Con Big Data+IA se operan las campañas electorales exitosas en el mundo “democrático” de hoy: Trump, Bukele, Meloni, Milei o Putin lo prueban.

El escritor Michael Palmer extendió los alcances de la frase de Humby, al afirmar que: “Los datos son como el petróleo crudo. Son valiosos pero si no se refinan realmente no se pueden utilizar.” Y siguiendo con la analogía hay que transformarlos en gas, gasolinas, solventes, lubricantes, plástico y otros derivados, para crear productos útiles para satisfacer necesidades. De la misma manera, los datos se deben recopilar, validar, organizar, analizar e interpretar para obtener productos útiles mediante la información resultante. Esta es la tarea de la llamada ciencia de datos.

Pero los “grandes datos” están cada vez más concentrados en manos privadas, por los grandes corporativos del oligopolio GAMMA, el Big Brother que todo lo ve y está constituido por: (Google, Apple, Meta, Microsoft, Amazon).

Es menester recordar ahora un trio de libros curiosamente publicados en 1948. En el primero se narra una oficina presidida por un enorme retrato pantalla. Podemos ver un escritorio sombrío, provisto con tubos neumáticos para el envío de pequeños objetos y mensajes. Posee un sistema bidireccional de comunicación por “telepantallas”. Allí trabajaba Winston Smith reescribiendo la Historia, según los dictados del Partido y la vigilancia omnipresente del Big Brother. Winston Smith es el personaje protagonista de la novela de George Orwell titulada: 1984. Esta obra fue terminada en 1948, y como una especie de capicúa surgió el título del libro al invertir 48 en 84. Curiosamente es el mismo año en el que Norbert Wiener publica su libro Cibernética y marca el nacimiento de la “ciencia de la comunicación y el control en el animal y la máquina.” Lo más intrigante del caso es que ese mismo año de 1948 se publica un libro titulado Teoría matemática de la comunicación, donde su autor, Claude Shannon define matemáticamente la información y el proceso de su comunicación. 1948 es entonces el año de inicio de la “era cibernética” y de la comunicación y control del animal y de la máquina bajo la permanente vigilancia del Big Brother que todo lo ve y controla. Antonio Machado nos lo advirtió en una copla:

El ojo que ves no es

ojo porque tú lo veas;

es ojo porque te ve.

*Lector desescolarizado, obstinado en no volverme especialista.