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En el calendario de derrotas que lleva nuestro hermosísimo continente figura el Golpe de Estado en Chile con recuerdos sumamente ingratos y dolorosos. Recuerdo que Don Sergio, nuestro Obispo, hizo que las campanas de la Catedral replicaran a duelo.

Si el triunfo de Salvador Allende tres años antes atrajo la mirada del mundo, esta ignominia cometida por la milicia asesina llamó más la atención. Y cómo no. Tan importante era observar el primer intento de Socialismo por la vía democrática, la ruptura con el Capitalismo internacional sembrador de muerte y destrucción, el hecho de que un pueblo entero decidía elegir un sistema económico distinto, como ver también el asesinato masivo de todo un pueblo.

Por supuesto el imperialismo yanki no podía aceptar eso y el maléfico criminal Henry Kissinger inició la barbarie interviniendo para derrocar a Salvador Allende. El estadio de futbol de Santiago fue convertido en una gigantesca cárcel. Carabineros y otros milicos se divertían torturando presos. Ahí fue torturado y asesinado Víctor Jara a quien le cortaron la lengua y le apachurraron las manos.

Cincuenta años ya, de esa tragedia. A esta histórica conmemoración acudieron presidentes de nuestra América: Gustavo Petro, de Colombia; Luis Arce, de Bolivia, Andrés Manuel, de México; Luis Lacalle, de Uruguay (aunque éste se comporta como un lacayo de los EEUU). Expresidentes como la Sra. Bachelet, de Chile; Don Pepe Mujica, de Uruguay y hasta Felipe González, de España.

Se desencadenó, inevitablemente, una colectiva reflexión que condenó a las Dictaduras sudamericanas y la persecución masiva que sufrieron los rebeldes, en Bolivia, Uruguay, Paraguay, Argentina, Brasil y Chile. Persecución provocada por el Plan Cóndor suscrito por esos criminales gobiernos de entonces.

Asimismo, se agradeció efusivamente a los países solidarios que dieron cobijo, protección y abrigo a los perseguidos, entre los cuales, el nuestro se distinguió de forma muy especial gracias al trabajo comprometido de nuestro Embajador Gonzalo Martínez Corbalá, de feliz memoria.

El emotivo discurso pronunciado por Isabel Allende, hija del Presidente mártir, dio cuenta de lo acontecido. No tuvo empacho en condenar a los criminales y torturadores y de exigir la reparación del daño a los afligidos familiares de tantos y tantos desaparecidos, torturados y muertos por esa dictadura.

¿Qué hizo Salvador Allende? Primero, ganar. Repartir alimentos a los más empobrecidos, vgr. la leche para los niños. Al año siguiente nacionalizar la industria del Cobre, principal riqueza chilena. La oligarquía acusó el golpe sintiéndose agredida. Distribuyeron dólares ilegalmente afectando la economía popular y preparando el Golpe. El Congreso chileno actuaba ya para destituir al Presidente Allende.

Un millón de ciudadanos se manifestaron entonces para solicitar al Presidente que desconociera al Congreso. Allende se molestó y dijo que nunca haría tal cosa puesto que él era obediente de su Constitución. Una prueba más de que la izquierda es consecuente y respeta los marcos legales vigente a pesar de los peligros y riesgos que padece.

Esta muy emotiva y estrujante reflexión compartida por la mayoría de asistentes seguramente ha provocado la cólera de la Derecha Internacional la cual, no dudamos que emprenda más guerra de calumnias, mentiras y desfachatadas falsedades. De ahí que tengamos que ser muy atentos y muy activos para salir al paso de estos infundios, para impulsar la integración de nuestros pueblos, para hacer realidad el sueño bolivariano.

No olvidemos ni pasemos por alto que esa Derecha Oligárquica, Imperialista Vendepatrias y Criminal no tiene límites ni, mucho menos, escrúpulos. Le da igual destrozar a un pueblo entero sin el menor respeto por la vida. Actúa en Chile, con los militares y poderosos, como en México con el Prian; en Argentina, con el energúmeno de Milei, como en Honduras, contra su Presidente Xiomara; en Uruguay con Luis Lacalle, como en Guatemala contra Bernardo Arévalo.

Cuenta con gente ignorante de su historia que publica sus estupideces sin pudor ni decoro, gente que acusa a Salvador Allende de dictador y a los gobiernos progresistas de comunistas.

De ahí la necesidad de exigir a los jóvenes que recuperen su Historia. Remota e inmediata. Que conozcan su identidad, que la valoren, que identifiquen los objetivos de esa Derecha reaccionaria para colocarse del lado de la vida, del compartir para todos, de la solidaridad, la generosidad, la responsabilidad por el otro, por el prójimo/próximo. Entender que las luchas sociales no han sido gratuitas y que exigen nuestra participación, nuestro compromiso.

Precisamente en ese compromiso, estamos embarcados, decía Albert Camus. Nuestra generación se ha visto obligada a rehacer el mundo. Hoy, tiene que esperar, al menos, que no se nos deshaga entre las manos…