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Horacio Socolovsky

En la colonia Tierra Blanca del municipio de Tepoztlán, a menos de 500 metros de la zona de corredores de la cadena de cerros, y dentro del área natural protegida por las Unidades de Gestión Ambiental del Parque Nacional El Tepozteco, se lleva a cabo la construcción de lo que una de las residentes del municipio reporta como un desarrollo inmobiliario privado de departamentos, obra que aún está en etapa temprana de construcción en un lote de aproximadamente 6,800 m2 y uno de cuyos accesos se encuentra sobre Circuito Prolongación Aniceto Villamar SN.

María Guadalupe Rogerio Buendía, vecina que ha vivido en la zona desde 1994, ha denunciado que durante la construcción del proyecto en cuestión se han talado gran cantidad de árboles, entre ellos ciruelos y chirimoyos de gran tamaño, entre otras especies endémicas, motivo por el cual murieron muchos tlacuaches que encontraban ahí refugio y alimento, y la residente ha podido observar que los troncos de la gran cantidad de árboles talados han estado siendo retirados del predio por los trabajadores durante la tarde/noche, a horas en que la Presidencia Municipal no labora. Asimismo, la Sra. Rogerio denuncia que la construcción ha invadido metro y medio de su propiedad a lo largo de diez metros del perímetro que las separa, lo cual representa un despojo que ya fue acreditado por un perito, y se ha construido una enorme barda a menos de un metro de la escalera exterior de su domicilio, obstruyendo la vista de sus ventanas.

Rogerio Buendía señala a Francisco González Dáviles y su esposa Julia Mascha Viviane Darrscheidt, alemana, como los responsables del proyecto, a quienes el Sr. Pedro Romero Valdez les vendió el terreno en el que ahora llevan a cabo la construcción que se encuentra dentro del área natural protegida por decreto federal, en donde está expresamente prohibida la construcción de asentamientos humanos. Guadalupe Rogerio señala también que las oficinas de Medio Ambiente y Protección Civil indebidamente dieron permiso en un principio al proyecto, y que al enterarse la Presidencia Municipal del mismo, esta lo suspendió, sin embargo los responsables del desarrollo inmobiliario se ampararon. Tal amparo, señala Rogerio, se encuentra ya vencido, así como el permiso de construcción, el cual señala que es dado supuestamente para la realización de «tres viviendas» en el predio de 6800 m2. A la fecha de la redacción del presente artículo, efectivamente se encuentra aún pegado en las puertas de acceso al predio el permiso con una fecha de vigencia expirada en 2023, sin embargo los trabajos de construcción no han cesado.

Este caso se suma a la creciente situación de transgresión a los dos decretos existentes, tanto del Parque Nacional El Tepozteco como del Corredor Biológico Chichinautzin, que supuestamente protegen amplias extensiones de tierras en la región, en las que sin embargo continúan proliferando las construcciones ilegales para desarrollos privados de vivienda y negocios, aún con las autoridades locales en omisión al respecto.

La Sra. Rogerio Buendía, además de denunciar la situación ante las autoridades locales, se ha quejado también directamente con los responsables del proyecto que transgrede el área natural protegida de Tepoztlán, la flora y la fauna, así como los propios confines del domicilio donde ha vivido por 30 años. Rogerio comenta que tras haberles manifestado su queja, Julia Mascha Viviane Darrscheidt, alemana co-responsable del desarrollo inmobiliario, le ha solicitado la cantidad de 70,000 pesos a cambio de no denunciarla «por amenazas».

Un dibujo de una roca

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Vista exterior de uno de los accesos al terreno de la obra en área natural protegida, Circuito Prolongación Aniceto Villamar SN, Col. Tierra Blanca Tepoztlán. / Cortesía del autor

Un puente de piedra

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Vista exterior de la obra en área natural protegida, Circuito Prolongación Aniceto Villamar SN, Col. Tierra Blanca Tepoztlán