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Iniciativa LISTOS para el control del cáncer: la ciencia de la implementación como su fundamento

 

La comunidad científica que genera nuevo conocimiento tradicionalmente ha mostrado cierta incapacidad para implementar intervenciones integradas basadas en la evidencia. Con demasiada frecuencia los científicos nos resignamos a simplemente documentar los resultados de nuestras investigaciones, y no hemos adquirido las competencias profesionales y metodológicas necesarias para traducir, en acciones e intervenciones, el conocimiento obtenido. Por esas razones debemos celebrar el lanzamiento de la iniciativa de investigación denominada “LISTOS para el control del cáncer”, cuyo propósito es: “La apropiación de la ciencia de la implementación para optimizar las estrategias de control del cáncer”.

El proyecto LISTOS consiste en la creación de un consorcio de investigación financiado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, mediante una estrategia multicéntrica internacional generada a partir de una sinergia entre la Universidad de Texas y la Universidad de California (sede San Francisco), por parte del país del norte, y el Instituto Nacional de Cancerología, en conjunto con el Instituto Nacional de Salud Pública, por parte de México. Esta iniciativa es de enorme relevancia porque incorpora una nueva perspectiva de traducción y aplicación del conocimiento.

El valor de este proyecto se fundamenta en el hecho de que, aun cuando el cáncer representa un enorme problema de salud pública a nivel global, en muchos casos es prevenible, bajo el entendido de que su aparición es resultado de la combinación de factores aleatorios, hereditarios y ambientales. Hoy en día se estima que, mediante estrategias de tamizaje y la modificación de los estilos de vida, es posible prevenir hasta 40% de los casos. En ello radica la importancia de esta iniciativa, al igual que de la ciencia de la implementación, la cual consiste en la «aplicación e integración de la evidencia de la investigación en la práctica clínica y en la formulación de políticas». También constituye, en otro contexto, la investigación aplicada que tiene como objetivo desarrollar la base de evidencia crítica que informa la adopción efectiva, sostenida e integrada de intervenciones por parte de los sistemas de salud y las comunidades. De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, «la ciencia de la implementación es el desarrollo de métodos para promover la adopción e integración de prácticas, intervenciones y políticas basadas en evidencia en entornos de atención médica rutinaria y de salud pública, para mejorar el impacto en la prevención y el control del cáncer”.

Siguiendo los programas de la ciencia de la implementación que se generan en la esfera global, al emplear esta estrategia de traducción del conocimiento en medidas específicas de aplicación clínica, así como en novedosas estrategias de tamizaje y medidas de prevención poblacional, la pregunta fundamental a resolver es: ¿cómo hacemos llegar «lo que verdaderamente funciona» a las personas que lo necesitan, con mayor celeridad, veracidad, eficiencia, calidad y elevada cobertura? Así, al utilizar dicha estrategia metodológica, los investigadores pueden contribuir a cerrar la brecha entre la investigación y la práctica, y llevar programas que funcionen a los ámbitos clínicos y poblacionales.

La presencia de brechas entre el conocimiento y la práctica está bien documentada, y existe una variedad de estrategias disponibles para superarlas. Para optimizar su impacto, se recomienda que las estrategias de implementación se adapten a la población objetivo, el entorno y los objetivos de mejora. Los temas de las futuras investigaciones en este campo deben dar la pauta para: implementar la medicina personalizada, incursionar en la economía de la implementación, incorporar la participación del paciente en la implementación y mejorar la comprensión de los determinantes de dicha implementación. Abordar estos desafíos requiere generar nuevos y específicos programas de formación y capacitación, así como estrategias de financiación para la investigación y la formación de redes, con el fin de generar una colaboración efectiva que actualice y mejore la atención médica.

La visión tradicional del camino que va de la investigación a la práctica sugiere, en primer término, el desarrollo lineal de intervenciones originadas en conocimientos científicos básicos; en segundo, la prueba de esas intervenciones a través de etapas específicas de ensayos de investigación; en tercer lugar, la publicación de resultados, y finalmente, la consideración de cómo estas intervenciones pueden adoptarse e implementarse. Felicito a los investigadores responsables de la iniciativa LISTOS, quienes tendrán que enfrentar el enorme desafío de ponerla en práctica.

*Especialista en salud pública.