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En plena era de la información y del uso de celulares inteligentes han generado un aumento en la infomanía, de tal suerte que todos los poseedores de un celular se han convertido en emisores y receptores de datos e información. Este fenómeno comunicativo ha dado paso a la proliferación de fakes news, bulos y troles, de tal suerte que todos los usuarios de estos dispositivos tecnológicos esten sujetos a un cierto grado de control y manipulación.

Los partidos políticos, especialmente, los gobernantes y poseedores del poder usan estos recursos tecnológicos para exaltar sus logros y descalificar a sus adversarios. Este fenómeno de comunicación política está generando en la sociedad un cierto grado de crispación, división y polarización política, los cuales irán en aumento con el inicio de las campañas políticas de las elecciones del año 2024, es probable que sucedan brotes de violencia y en algunas regiones del país se recrudezcan.

Esperaríamos que en una sociedad democrática como la nuestra la pluralidad de ideas y opiniones sean respetadas por todos los actores políticos y por la sociedad. En democracia unos ganan y otros pierden, pero por los niveles que van al alza de la crispación y la polarización de la sociedad, nuestra democracia se ve seriamente amenazada. Pero, cuáles serían algunas de las causas de este fenómeno de enojo social.

En primer término, diría que el inquilino del Palacio Nacional con su diatriba mañanera incita a la descalificación de sus adversarios u opositores políticos o culpando de sus errores a fantasmas del pasado como los conservadores o neoliberales o mafias corruptas de gobiernos anteriores. Por supuesto, esta estrategia divide a la sociedad entre sus seguidores y sus antípodas.

En segundo término, la influencia de las redes sociales y su uso masivo han fomentado la confrontación de opiniones y la difusión de mensajes polarizadores. Este espacio de comunicación se ha convertido en un verdadero campo de batalla y de confrontación política donde reinan las descalificaciones, mentiras, videos truqueados, información carente de veracidad, encuestas pagadas para ponderar la imagen de sus candidatos, entrevistas en prensa, radio y televisión concertadas o pagadas. Lo importante es la exaltación de las emociones y la nulificación de la crítica, el análisis y la racionalidad.

El tercer factor, la división política y social. Con el auge de movimientos políticos y sociales extremistas, los cuales han generado un clima de crispación y polarización que se ha trasladado al núcleo familiar y al terreno de amigos cercanos.

El cuarto factor, el rol de los medios de comunicación, los cuales están contribuyendo a la creación de un ambiente polarizado al dar prioridad a noticias sensacionalistas y conflictivas, fomentando la confrontación y la crispación. Exaltando a todas horas del día los hechos de violencia y magnificando las pifias de los políticos y/o de los gobernantes o de las corcholatas del presidente o de los candidatos del frente cívico.

Finalmente, diría que la falta de una cultura cívica y de una cultura política democrática, tal vez estén provocando, en mayor o menor grado, el surgimiento del individualismo pragmático y convenenciero, excluyendo el interés supremo de la nación, de su futuro y de nuestra vida democrática.