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Paco Guerrero

Veo que uno de los temas centrales de los ataques anónimos a la candidata de Morena a la gubernatura de la entidad, Margarita González Saravia, son tratar de exhibirla como amiga, cómplice o allegada del Gobernador de la entidad (hoy con licencia) Cuauhtémoc Blanco, todo esto había ocurrido en el breve periodo en la que González Saravia fue secretaria de turismo y cultura de la entidad.

Dado que el medio en que me muevo, turismo internacional, en ese tiempo tuve, tuvimos, los que nos llamamos a nosotros mismos “turisteros”, un contacto directo con ella y yo en lo personal más, dado que la conozco desde hace más de 30 años.

Para empezar, Cuauhtémoc Blanco recibió con resentimiento el que hubiera tenido que colocar a González Saravia ahí. Desde un principio la misoginia, altanería y desprecio del recién electo gobernador se hizo sentir.

En el inicio, a la secretaria de Turismo y Cultura, le fue otorgado un presupuesto ínfimo, casi suficiente para pagar el gasto corriente, después fue la actitud y el cerco, una a una le fueron desplazadas las gentes de confianza a González Saravia y en su lugar fueron colocados amigos y parientes tanto de Cuauhtémoc Blanco como del que le manejaba todo al gobernador, José Manuel Sanz, hasta dejarla prácticamente sola.

El gobierno también se apoderó del PITUR que es donde llegaba dinero de los impuestos al turismo, al final, aunque lo desmientan, el cerco, financiero, de desprecio de no recibirla, la misoginia y la arrogancia arrabalera, la hicieron renunciar.

Por ejemplo: Cuauhtémoc le prohibió participar en las precampañas para la presidencia municipal de Cuernavaca, Margarita no lo dice en público, pero yo sí.

 

En conclusión, Margarita, lo vimos, lo sentimos, lo vivimos, en las tantas veces que quisimos hacer campañas para traer turismo a Cuernavaca fue muy difícil lograrlo; a pesar de todo, Margarita hizo milagros con el poco dinero que tuvo disponible y que, a regañadientes, le permitían usar y pudo haber campañas y material para promocionar a Morelos. En cuanto a la cultura, poco se pudo hacer, porque poco hubo y si, en efecto, varios de los cientos de personas que componen la comunidad cultural la acusaron de no apoyarlos pero, si no había dinero, qué se podía hacer y, si al gobierno de Cuauhtémoc Blanco no le importaba el turismo, imaginen si le importaría la cultura.

En 5 años y medio, el gobernador con licencia nunca se ha reunido con la comunidad artística. Pero, injustamente muchos de esta misma comunidad, al no recibir los pagos que pretendían, la empezaron a atacar.

Margarita y Cuauhtémoc, no son ni amigos, ni cómplices, ni cercanos, pertenecen a distintos mundos y la verdad es que Margarita fue víctima, primero, de la misoginia y desprecio, enemistad y miedo después al ver que recorría la entidad y finalmente por que desmanteló todo el tinglado que el hermano de Cuauhtémoc Blanco, Ulises Bravo construyó para perpetuarse en el poder.