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Actualmente todos estamos expuestos a una gran variedad de sustancias pro-oxidantes que son responsables de envejecimiento y alteraciones importantes en las células del cuerpo humano; de manera natural el organismo cuenta con un sistema de enzimas que contrarrestan el efecto de esos compuestos oxidantes que bloquean la actividad de los radicales libres.

El consumo de una dieta abundante en carotenoides ha sido relacionado con un menor riesgo menor de padecer diversas enfermedades. Dentro de los carotenoides encontrados en los alimentos, el licopeno es considerado el que tiene un mayor efecto antioxidante del grupo, el cual se encuentra en alimentos que forman parte de la dieta habitual en la población y es accesible desde el punto de vista de disponibilidad y económica. Es abundante en algunas verduras y los frutos de color rojo. Se ingiere principalmente a través del consumo de jitomate y sus productos procesados son la mayor fuente de licopeno en la dieta de los mexicanos, sin embargo, otras fuentes importantes de licopeno son la zanahoria, melón, guayaba rosada, toronja, papaya, sandía, toronja rosada, pimiento rojo y chabacano.

Entre los múltiples beneficios que se han descubierto del licopeno encontramos: un efecto antioxidante y antiinflamatorio, preventivo frente a algunos cánceres y también se le ha asociado con la reducción del riesgo de enfermedades crónicas entre ellas las enfermedades cardiovasculares, así como mantener la salud en general.

La Organización Mundial de la Salud y las instituciones de salud promueven guías alimentarias donde el consumo recomendado diario es de 400 g de frutas y verduras, por su alto contenido en sustancias antioxidantes, entre ellas el licopeno. La ingesta de licopeno se recomienda entre 5 y 7 mg/día. No obstante, la mayor parte de la población no cumple con esas recomendaciones debido a múltiples factores relacionados con el ámbito económico, condiciones sociales y preferencias personales.

Por lo tanto, organismos internacionales y los gobiernos nacionales, promueven el incremento del consumo de frutas y verduras en la población en general a través de varios programas e iniciativas teniendo como objetivo principalmente en la población en general. Estos programas han logrado avances significativos, pero es necesario que se tome en cuenta el contexto en el que las personas viven, trabajan y toman decisiones, ya que todo eso modula nuestra forma de comer y seleccionar los alimentos para el día a día. Por eso pensamos que cualquier intervención para mejorar los hábitos de consumo de alimentos debe contemplar diferentes entornos sociales, con enfoque prioritario en la familiar dentro del hogar.

Esto debido a que la disponibilidad de los alimentos siempre está mediada por el apoyo social de los padres para alimentarse saludablemente en casa y la frecuencia de realizar comidas en familia. Otro factor importante son las preferencias de sabor para frutas y verduras, para estas últimas, las preferencias pueden ser bajas, sin embargo, si estos alimentos están disponibles en el hogar y se comparten entre familia, la ingesta se incrementa considerablemente. Al respecto, es importante tener en cuenta también que el licopeno se absorbe de mejor manera en nuestro organismo tras procesarse mediante cocción o exprimido, es decir, el jugo de jitomate o el jitomate cocido permite una mayor asimilación del licopeno que el jitomate crudo. Estas sencillas, pero muy importantes consideraciones, tienen que ser una gran oportunidad para los padres para adoptar un hábito de consumo de alimentos ricos en licopeno como estrategia de prevención de enfermedades crónicas, sobre todo si el factor herencia está presente en la familia.

Concluyendo, incluir de 3 a 5 porciones de verduras y 2 a 4 porciones de fruta al día es una buena sugerencia para la población en general; freír en aceite de oliva la salsa de jitomate antes de hacer las preparaciones podrían ser estrategias para mejorar la biodisponibilidad del licopeno; consumir el jitomate completo (con piel y semillas) tanto en ensalada como en salsas y puré permitiría aprovechar el licopeno al máximo; por otra parte, se debería evitar consumir alimentos con licopeno junto con yogurt que contenga probióticos para evitar interacciones que disminuyan su absorción en el organismo. El reconocimiento de la relevancia del papel del licopeno en la salud humana y lograr incrementar su consumo en la población, requiere del trabajo colaborativo de los profesionales de la nutrición, personal de salud y al participación de la sociedad para adquirir conductas alimentarias saludables y generar conciencia sobre los múltiples beneficios que esté ofrece.

*Dr. Ricardo Castrejón Salgado. Médico. Especialista en Medicina Familiar y Doctor en Ciencias en Epidemiología. Correo electrónico: ricardo.castrejon@imss.gob.mx

**Dra. Laura Avila Jiménez. Doctora en Ciencias en Epidemiología. Coordinadora Auxiliar Médica de Investigación en Salud. Correo electrónico: laura.avilaj@imss.gob.mx