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Pasada la elección presidencial inicia la etapa de transición. Una de las primeras acciones es que la doctora Claudia Sheinbaum, presidenta virtual, designe las personas que la acompañaran en su gobierno, por ello el jueves pasado dio a conocer los nombres de las primeras seis personas que integraran el gabinete.

Como se sabe las personas designadas son: Alicia Bárcena, Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Rosaura Ruiz Gutiérrez, Secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, Ernestina Godoy, Consejera Jurídica, Juan Ramón de la Fuente, Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, Secretario de Economía y Julio Verdegue, Secretario de Agricultura. Como puede observarse en las designaciones se aplicó el principio de paridad de género que mandata la Constitución, en su artículo 41, al disponer que se aplicara en los nombramientos de las personas titulares de las secretarías de despacho del Poder Ejecutivo Federal y sus equivalentes en las entidades federativas.

Se ha reconocido su trayectoria en el servicio público y se esperan buenos resultados en las responsabilidades que se les ha asignado. Respecto a su formación académica se observa que la Presidenta electa, doctora Sheinbaum, es formada y académica de la Universidad Nacional Autónoma de México, el doctor De la Fuente fue Rector de la propia UNAM y la doctora Rosaura Ruiz, académica y funcionaria universitaria y a quien se le ha dado una gran responsabilidad en materia de la educación e investigación científica, la innovación tecnológica y la difusión del saber. Solo mencionamos a uno más, Marcelo Ebrard, egresado de otra gran institución académica como es el Colegio de México.

En época como la actual que encuentra un entorno complejo y de grandes retos en el ámbito nacional e internacional requiere de servidores públicos, con experiencia que sepan enfrentarlos teniendo como eje de su actuación a las personas, debiendo estar su actividad guiada por el respeto y garantía de los derechos humanos, quedando obligadas a hacer efectivo el derecho de las personas a la buena administración, éste será el reto.

El derecho a la buena administración pública se ha venido reconociendo en diferentes normas jurídicas, una de ellas es la Constitución Política de la Ciudad de México que, en su artículo 7, dispone que toda persona tiene derecho a una buena administración pública, de carácter receptivo, eficaz y eficiente, así como a recibir los servicios públicos de conformidad con los principios de generalidad, uniformidad, regularidad, continuidad, calidad y uso de las tecnologías de la información y la comunicación.

El maestro Jorge Fernández Ruiz define el derecho a la buena administración, como «la personificación jurídica de un grupo social humano interrelacionado por razones de vecindad permanente en un territorio dado, con un gobierno autónomo propio, sometido a un orden jurídico especifico con el fin de preservar el orden público, asegurar la prestación de los servicios públicos indispensables para satisfacer necesidades elementales de carácter general de sus vecinos y realizar las obras publicas locales y las demás actividades socioeconómicas requeridas por la comunidad”.

Más allá de que la doctora Sheinbaum haya ganado y los partidos que la apoyaron constituyan la mayoría que tendrán las cámaras, es necesario que se gobierne para todos, debiendo escuchar y atender las exigencias de los demás, de respetar las minorías, Se debe atender, como en este espacio hemos insistido, en el cumplimiento de la legalidad y respeto al Estado de Derecho, respeto a la división de poderes y a los pesos y contrapesos, satisfacción de los derechos humanos, privilegiando el principio de progresividad, evitando la regresión. No caben disyuntivas, por encima de las ideologías están los Derechos Humanos. Atender, entre otros, a estos postulados convirtiéndose en orientadores del nuevo gobierno por iniciar, permitirá una buena administración.

De la buena gestión de bienes públicos, infraestructura, servicios y equipamiento. depende la competitividad, productividad y prosperidad de una sociedad como la mexicana requiere ante las grandes desigualdades que existen demandando servidores públicos que sepan responder a esos retos.

* Especialista en Derechos Humanos

Foto: Cortesía