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En México la educación está reconocida como un derecho humano en el artículo 3º de la Constitución General de la República, desde la educación inicial hasta la universitaria. La educación como derecho humano también está prevista en diferentes tratados internacionales, en particular podemos citar el Pacto Internacional de derechos económicos, sociales y culturales.

Sin embargo, no basta que el derecho a la educación se reconozca en normas jurídicas, sino que se requiere de políticas públicas, de planes y programas de estudios que den respuesta a las necesidades de desarrollo del país, de profesionales docentes y de investigación con cualidades académicas idóneas, así como de condiciones pertinentes para las y los estudiantes que les permitan su formación y superación académicas. En este sentido, el Estado no debe limitarse a no interferir en la esfera de derechos de las personas, debe impulsar las condiciones que les permita el ejercicio pleno de los mismos.

Por ello, en materia de educación superior, el Estado creó instituciones como son las universidades públicas autónomas y, entre ellas destaca la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), como una entidad caracterizada por su autonomía reconocida en la ley orgánica que le dio origen, que le permite que sea la propia comunidad universitaria la que determine su propio destino de conformidad con su normatividad interna, es decir, buscar la excelencia educativa de nivel medio y superior, sin incidencias de ningún poder público, sin que signifique que entre los poderes públicos y la Universidad no haya diálogo e interacción, pues la propia ley orgánica y la Legislación Universitaria señalan que la Universidad de la Nación debe realizar investigaciones para la solución de los grandes problemas nacionales..

La Universidad Pública, y la UNAM de manera destacada, tienen como característica esencial que en la formación de las y los estudiantes, así como en sus tareas de investigación tengan como parte de sus valores el sello del compromiso social y ello se traduce en una gran vinculación con el sector social, público y privado, priorizando la atención de problemáticas que enfrentan grupos o sectores en situación de vulnerabilidad.

Este contexto tiene relevancia fundamental porque el próximo viernes 17 de noviembre, la UNAM iniciará una nueva etapa en su larga historia que data de 1551 cuando se instituyó la Real Universidad de México, que en 1595 se le agregaría el apellido de Pontificia y en 1910 adquiriría el carácter renovado de Universidad Nacional de México, alcanzando su autonomía en 1929, pues el pasado 9 de noviembre la Junta de Gobierno -autoridad universitaria constituida por prestigiados académicos de distintas disciplinas-, designaron como Rector de la Universidad Nacional al doctor Leonardo Lomelí, destacado economista e historiador y quien, en los últimos ocho años, se venía desempeñando como Secretario General de la institución, lo que representa un conocimiento profundo de la Institución..

Este proceso se inició el día 21 de agosto con la convocatoria que este órgano colegiado emitió ya que concluye la gestión de nuestro actual Rector, el doctor Enrique Graue, quien encabezó durante dos periodos de 4 años a la máxima Casa de Estudios, en contextos complejos en el país y en las relaciones entre el gobierno y la propia Universidad, dejando una Institución con grandes logros como lo es ocupar el lugar número 93 del prestigioso QS World University Rankings 2024, una Universidad que como toda institución siempre tendrá tareas por seguir impulsando y ese será, entre otros, el reto que le tocará al próximo jefe nato de la UNAM.

La designación del doctor Leonardo Lomelí se dio dentro de un listado de 17 excelentes candidatas y candidatos que se inscribieron en el proceso, de entre los cuales la Junta de Gobierno acotó, para tomar su decisión, a 10 personas -siete hombres y tres mujeres- todas y todos ellos con destacadas cartas credenciales, pero al final de su deliberación eligieron merecidamente al doctor Lomelí, primer economista en ocupar la Rectoría.

Para lograr la excelencia de la educación media y superior, la investigación y difusión de la cultura el doctor Leonardo Lomelí se ha planteado 7 ejes rectores, 2 de ellos transversales, como lo son la igualdad de género y la sustentabilidad que incidirán en el resto de los ejes: universidad incluyente y al servicio de la nación; impulso a la carrera académica; fortalecimiento y renovación de la docencia; consolidación y apoyo a la investigación y ampliación de la difusión de la cultura; la extensión académica; la vinculación nacional e internacional y la administración y gestión institucional.

En cuanto a las relaciones de la Universidad con el gobierno el próximo Rector ha expresado públicamente su disposición para tener un diálogo abierto y respetuoso con las autoridades, a partir del compromiso de la Universidad con las mejores causas sociales del país, lo que conlleva, por parte de los poderes públicos, el respeto a su autonomía, la cabal comprensión de sus funciones, el entendimiento claro sin descalificación alguna y el reconocimiento de que la Universidad Nacional es una Institución plural y diversa, comprometida con lo que mandata su normatividad en materia de formación de técnicos y profesionales útiles a la sociedad, focalizando la atención de los grupos en situación de vulnerabilidad.

* Especialista en Derechos Humanos