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LA CULTURA TLAHUICA

Teodoro Lavín León

La semana que corre tuvimos la suerte de asistir a la presentación del libro “LA CULTURA TLAHUICA”, de mi querido amigo el arquitecto Francisco Ramírez Badillo, en el museo de los pueblos de Morelos, el antiguo Palacio de Cortes, en el cual nos reunimos cientos de cuernavacenses a disfrutar de la presentación de Adalberto Ríos Szalay y las palabras del autor de tan importante obra.

La trascendencia de este libro es interesantísima, ya que nos da información sobre algo que no todos conocíamos, porque nos revela el mensaje del constructor contenido en cada uno de los grandes conventos construidos en Morelos en el siglo XVI, y nos remonta desde la época mesoamericana hasta el Morelos colonial. Es un estudio que relata la conformación y mestizaje nahua-chichimeca que formó al poderoso pueblo azteca, pueblo guerrero que dominó de Dakota en EUA hasta el lago Manahua en Centro América y permaneció por más de 200 años.

Se describen también los orígenes de la traza urbana y las principales invariantes formales aztecas obligadas por el dinámico rey Ahuizolt. De vital importancia es detallar los reinados que en las faldas de las cordilleras sur del Ajusco desarrollaron y formaron siete tribus llamadas tlahuicas, tributarias todas de la gran Tenochtitlan.

Otra de las ideas fundamentales descritas en este interesantísimo relato es conocer los súbitos cambios culturales provocados por el dominio de los europeos, analizar la traza urbana obligada por el rey español y estudiar la herencia catequizadora que edificó en los conventos cristianos un selecto grupo de Eramistas, quienes en sus bellos monasterios conservaron -en forma esotérica- elementos en variantes formales aztecas, judíos y mudéjars. Estos elementos arquitectónicos toman especial atención durante la obra, más allá de la contrarreforma cristiana contraria a la que impulsaron, como un sueño utópico religioso y social, los monjes franciscanos, dominicos y agustinos de los siglos XVI, XVII y XVIII en toda Mesoamérica, y en especial en la zona Tlahuica.

Un libro que el querido arquitecto Francisco Ramírez Badillo nos lanza como un dardo a los amantes de la historia en nuestro estado, después de años de estudio y de investigación. Él fue Director de la Escuela de Arquitectura de la UAEM, cuando ésta era considerada una de las mejores de México, y desde luego residente de las obras de Catedral durante la remodelación del Obispo Méndez Arceo, la que dirigió el Padre Chávez de la Mora; años de esfuerzo e investigación son el resultado de este volumen que presenta el Instituto Nacional de Antropología e Historia, que nos lleva a un nuevo conocimiento sobre cómo la influencia de la cultura Tlahuica se formó y logró dar a esta tierra de Tamoanchán la brillantez en su desarrollo.

Una investigación en la que se estudiaron desde las estelas y las pirámides de Xochicalco y cada una de sus esquinas, así como la importancia de la piedra del sol -mal llamado calendario azteca- y el desarrollo no sólo del mundo prehispánico, sino el de la conquista y sus resultados, e influencias en la arquitectura de nuestra tierra. Gracias a nuestro querido amigo Paco por la invitación a este resultado de una vida de esfuerzo y trabajo callado y profesional. Mil felicidades. ¿No cree usted?