loader image

 

Un llamado a la esperanza en Siempre tarde o temprano

 

Evitemos la monocromía, los tonos acostumbrados: Klein lo hizo con el azul. Evitemos fijar el tiempo en determinismos y atrevámonos a esperar, con nuestras decisiones y acciones, lo inesperado, de lo contrario: “no lo reconocerás cuando llegue» (Heráclito). Evitemos ser indiferentes a la justicia para reconocer sus momentos oportunos: “justicia es dar a cada uno lo suyo” (Domicio).

Siempre tarde o temprano, obra ganadora del Concurso Obra Inédita 2022 en la Categoría Dramaturgia del Fondo Editorial del Estado de Morelos, magníficamente escrita, entrelazada, por Martha Gabriela Mendoza Camacho, es un llamado al principio de esperanza, como Ernst Bloch llamaría.

Sus alusiones y referencias a la luz, el tiempo y la justicia, desbordan la puesta en escena y, durante su lectura, se filtra la mirada del lector, su anécdota, así como su experiencia y su realidad íntima y social. En este sentido, la obra despliega un diálogo entre justicia, tiempo y luz que, por lo general, está confinado y desterrado al grito o al silencio.

La luz en la obra literalmente proyecta un color en cada una de sus escenas y simulan los planos de un prisma, como si la obra entera formara un cristal que, por su estructura (su oikos, referencia griega a la unidad básica de organización: la casa), produce y alberga un arcoíris, esto es, un llamado a la esperanza.

El tiempo se expresa en el columpiarse de una niña; movimiento pendular repetitivo que la obra convierte en diferencia y apertura, pues, con cada regreso al mismo lugar, un momento distinto a cualquier estado anterior se genera. Diferencia y apertura, sí, inscrita en el tiempo, pero en tanto que kairós y no en tanto que cronos, esto es, un tiempo cualitativo y no cuantitativo en el que la posibilidad ética tiene cabida.

Tampoco la justicia está exenta de claroscuros, la cual, en la obra, roza con lo kafkiano, pues, contrario al principio de causalidad, en los personajes parece acontecer, primero, el castigo, la culpa o el efecto y, después, el crimen o la causa; corresponde dicha inversión a un claroscuro y no a una completa oscuridad porque prevalece, aún, una lógica, un logos torcido; es óptica distorsionada que acepta, aún, la revisión de sus causas, su torcedura, mediante la interacción de sus personajes, decisiones y acciones.

Este carácter ambiguo del concepto de justicia, porque procede, pero inversamente, porque torcido, pero logos (palabra), abierto, aún, a interacción y contraste humano, se expresa en la obra, cual punto de fuga, cual paralelas que convergen al infinito, a través de un baile butoh; y, la expresión misma de un baile, en condiciones de franca torcedura, es ya un punto de fuga al infinito, a saber, la esperanza.

Siempre tarde o temprano, y no, “Siempre, tarde o temprano”, es un llamado de esperanza para que los paralelos respecto a la luz, respecto al tiempo y respecto a la justicia, converjan… y pronto.

* Profesor de Tiempo Completo de El Colegio de Morelos.