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Una posible posibilidad

 

Nuestra relación con la posibilidad es evidente en nuestra vida diaria. Está en nuestras acciones y decisiones, en nuestros deseos y anhelos, y en nuestra concepción misma del mundo, esto es, en nuestra relación con los objetos, los hechos y los sucesos.

Incluso, las ciencias naturales, sociales y humanas dan muestra también de lo presente y activo que está el concepto de posibilidad; por mencionar algunas: la biología, con el llamado Evolutionary Developmental Biology, la literatura, con las llamadas ucronías literarias, y la neurociencia, con estudios que correlacionan la capacidad de imaginar escenarios posibles con la actividad cerebral del hipocampo.

No obstante, dichos estudios y ciencias no logran desarrollar un cuestionamiento sobre su naturaleza y función por lo que, desde un punto de vista epistemológico y ontológico, esto es, respecto al cómo y a lo que es, la presencia, la utilidad y el valor de la posibilidad en nuestra vida diaria ha sido poco tratada.

Por ello, encuentro oportunidad para entender el cómo y el qué de la posibilidad en la práctica, en nuestra interacción práctica con el mundo, con los objetos, los hechos y los sucesos —cabe mencionar que esta intuición surgió al practicar un deporte—; interacción práctica con el mundo, no sólo racional o intelectual, no sólo empírica o probabilística.

Ejemplo de ello es la metáfora; no en tanto que traslación o interacción entre significados, entre palabras, esto es, respecto a un exclusivo uso lingüístico, sino, en tanto que traslación e interacción, de un exclusivo uso lingüístico a un uso también del referente, entre lenguaje y mundo, respectivamente

La relación entre lenguaje y mundo que la metáfora pone al descubierto, me permito expresar, es pragmatista (diferente a la pragmática); y, lo que nos permite apreciar respecto la posibilidad es que, aquello a lo que usualmente referimos mediante el lenguaje, por denotación o por designación bautismal —diría Kripke—, no es sino una posibilidad práctica.

Si (como afirma el griego en el Cratilo)

el nombre es arquetipo de la cosa

en las letras de ‘rosa’ está la rosa

y todo el Nilo en la palabra ‘Nilo’.

Borges, El Golem.

Tanto el nexo entre lenguaje y mundo, con aquello que referimos mediante el lenguaje, como aquello que del mundo referimos mediante el lenguaje, son resultado de una interacción práctica; son una posibilidad práctica.

La metáfora, entonces, evidencia en nuestra vida cotidiana que, aquello usualmente seguro, definitivo o inamovible, como es o suele ser lo que mediante las palabras o el lenguaje referimos: los objetos, los hechos, las situaciones, el mundo, no son sino una posibilidad práctica. ¿Es posible?

No puedo decir por qué, pero siempre lo veo. Está entre cientos de flores; no, entre miles de pétalos; rojos, amarillos y rosas también. Sus manos levantan la flor y la colocan en el grupo que corresponde (si es roja, con las rojas, si es amarilla, con las amarillas); como si la flor, perdida, en sus manos reconciliara belleza y mundo. No puedo decir por qué, pero siempre lo veo.

* Profesor de Tiempo Completo de El Colegio de Morelos.