Documentando la devastación de la tierra
1. Onda gélida en Norteamérica
En noviembre del 2012, el expresidente Donald Trump —ese que en nuestros días se la pasa hablando de Jesucristo para obtener la aprobación de su grey (la misma que olvida que amasó su fortuna gracias al juego y el engaño)— [1], cuando aquella terrible onda gélida que azotó New York sostuvo:
“Hace un frío extremo en New York y New Jersey — eso no es bueno para las víctimas de la inundación. ¿Dónde está el Calentamiento global?” [2]
No nos extraña que un negacionista y engañabobos como Donald Trump muestre su amplio desconocimiento del funcionamiento del sistema-tierra, pero dado que él no es el único que sostiene tesis de ese tipo, considero muy importante trazar el vínculo entre el calentamiento global y las ondas gélidas.
Desde el martes 5 de enero del año en curso se presenta una oda gélida derivada del escape de masas de aire polar ártico hacia regiones medias del continente americano.
La explicación es esta: a causa del Calentamiento Global Antropogénico se ha reducido dramáticamente la superficie del Ártico, ocasionando que se invierta el albedo –recordemos que mientras el blanco hielo reflejaba la luz solar, el mar azul la captura, sobrecalentando la región— y, en consecuencia, el cinturón de viento gélido que, años atrás, se limitaba a circular alrededor del Círculo Polar Ártico, ahora se traslada a latitudes menos septentrionales.
En consecuencia, no sólo en Canadá y los estados norteños de los EEUU, sino en Virginia, Kentucky y Oklahoma se alcanzaron temperaturas de -40 grados centígrados. En los peores días, en New York se registraron temperaturas máximas de -10 grados centígrados, con una sensación térmica de -19 grados centígrados, poniendo a la ciudad en estado de emergencia. En Dallas, Texas, se registraron temperaturas mínimas de -17 grados centígrados, rompiendo el récord histórico de tal ciudad. Solo en Oregon, al 23 de enero, ya se contaban más de 40 muertos por hipotermia y hubo otros tantos fallecimientos por la misma causa en otros estados de los EEUU.
Salvo en el Sureste —de Florida a Louisiana—, donde la tormenta invernal se sintió sólo en días recientes, en toda la nación americana se registraron temperaturas inusualmente bajas, ocasionando accidentes automovilísticos, interrupción de la actividad económica y aérea, cierre de escuelas e incremento desaforado del consumo de energía.
Un mes antes Eurasia —y particularmente Siberia y China— también recibió una onda gélida, la cual generó temperaturas de -56 grados centígrados en Rusia. En Moscú se registraron las temperaturas más bajas en 50 años. En China, la onda gélida ocasionó que se suspendieran las actividades escolares y se presentasen accidentes carreteros. En el norte del Reino Unido e incluso en München, Alemania, cayó tal cantidad de nieve que debieron interrumpirse numerosos vuelos.
Esta onda gélida es consecuencia, como antes indicamos, de un desprendimiento de aire helado del Círculo Polar Ártico, un fenómeno que es ya un ejemplo de la desestabilización del clima de la tierra. Ello deriva de la ingente cantidad de gases de efecto invernadero que la humanidad arroja desde el inicio de la revolución industrial y, de manera acelerada, desde mediados del siglo pasado.
El clima de la tierra ha empezado a perder su estabilidad, y cuando tal equilibrio se rompa será muy difícil, si no imposible, restablecerlo.
A las ondas gélidas seguirán las inundaciones, y a ellas las ondas de calor, los huracanes, las sequías e incendios forestales, en un proceso de degradación cada vez más acusado.
Todavía está abierta la ventana de oportunidad que evitaría los peores efectos del Calentamiento Global… ¿La tomaremos?
[1] Edsall, Thomas B. (2024). The Deification of Donald Trump Poses Some Interesting Questions, The New York Times (17.01.2024).
[2] El 5.11.2012 Donald Trump envió el siguiente Twitter: “It’s extremely cold in NY & NJ—not good for flood victims. Where is global warming?”: https://twitter.com/realDonaldTrump/status/265482479547318272
Foto: Nueva York.com
