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Parte 2/2

En el artículo anterior describimos la problemática que enfrentan los países latinoamericanos en cuanto a las violaciones a derechos humanos, identificando desigualdad, exclusión, violencia, inseguridad, corrupción e impunidad, así como la debilidad del Estado de Derecho, que fueron expuestos en el Congreso organizado por la Red Iberoamericana de Educación en Derechos Humanos. Frente a esos desafíos se fue coincidente en que la educación es un derecho fundamental para el desarrollo humano, la igualdad de oportunidades y la construcción de sociedades más justas y sostenibles. Todo lo expuesto se basó en diversos informes reportes y evaluaciones de organismos internacionales y de la región.

En el Congreso también se abordó como la educación, por otro lado, constituye un instrumento transformador de la realidad para lograr mejoras significativas a nivel individual y colectivo, ya que posibilita un empoderamiento individual que proporciona conocimientos, habilidades y competencias para desarrollarse plenamente. Es pivote de movilidad social que puede romper el ciclo de pobreza y desigualdad, así como permitir un mejor desarrollo económico al propiciar una fuerza laboral, educada y capacitada. Con educación se propicia una ciudadanía activa, así como también la educación cívica y ética puede fortalecer valores democráticos, fomentar el respeto a los derechos humanos y promover la tolerancia, la justicia social y la igualdad de género, a la vez que contribuye al cambio cultural y social al transmitir valores, actitudes que fomenten la equidad, la justicia y el respeto a la diversidad, para desterrar estereotipos, prejuicios y discriminación.

El Congreso tuvo como sede la Defensoría del Pueblo de Colombia, que vela por el respeto a los derechos humanos en ese país, pero que conjuntó a los representantes de la Federación Iberoamericana de Ombudsperson de Latinoamérica, así como de la naciente Organización Alianza Global del Ombudsperson Local (AGOL), con los que se tuvieron mesas de discusión sobre la importancia de la educación en derechos humanos y su enfoque transformador de la sociedad. También como hacer sinergia entre las instituciones de educación superior y estas organizaciones de defensa de los derechos humanos para tener como base el plan de acción del programa mundial para la educación en derechos humanos de la Organización de Naciones Unidas, que define el derecho a la educación en derechos humanos “como el conjunto de actividades de educación, capacitación y difusión de información orientadas a crear una cultura universal de los derechos humanos”. Una educación integral en derechos humanos no solo proporciona conocimientos sobre los derechos humanos y los mecanismos para protegerlos, sino que, además, transmite las actitudes necesarias para promover, defender y aplicar los derechos humanos en la vida cotidiana. La educación en derechos humanos promueve las actitudes y el comportamiento necesarios para que se respeten los derechos humanos de todos los miembros de la sociedad.

Quedó de manifiesto que la educación en derechos humanos genera conciencia e implica educar a las personas en valores fundamentales de dignidad, igualdad, justicia, libertad y respeto mutuo; desarrolla habilidades y competencias para ejercer y defender sus propios derechos, así como los derechos de los demás. Propicia cambio de actitudes y comportamientos y fomenta la participación de las personas en la vida social y política, promoviendo una ciudadanía comprometida, al empoderar a las personas para que se conviertan en agentes de cambio y lograr una transformación no solo a nivel individual, sino generar cambios a nivel social y estructural al cuestionar desigualdades, injusticias y violaciones a derechos humanos.

La importancia de la educación en derechos humanos no está sujeta a regateos, sino por el contrario debe constituir el eje rector para enfrentar los flagelos que enfrenta la región latinoamericana a partir de fortalecer una sociedad de conocimiento y revertir el desencanto creciente en los países latinoamericanos con la democracia al no estar satisfaciendo ésta las demandas sociales y el anhelado estado de bienestar.

*Especialista en Derechos Humanos