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Hace unos días la Fiscalía General de la República (FGR) anunció el desmantelamiento de cinco bodegas y aserraderosclandestinos en el municipio de Huitzilac, Morelos. Se informó que en el operativo se aseguraron 243 piezas de madera en rollo, 7,46 metros cúbicos de madera en escuadrilla, cinco torres de aserrío, seis motores trifásicos, 42 sierras cintas, seis rieles, dos motosierras, cuatro camionetas de tres y media toneladas, un camión de carga y documentación diversa.

Los resultados de este operativo, aunque bienvenidos, resultan menores si consideramos que la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático del Senado de la República ha documentado que en un día se pierden hasta 400 árboles en la zona del Bosque de Agua -comprendida en los estados de México, Morelos y la Ciudad de México, que contiene al Parque Nacional Lagunas de Zempoala, Parque Nacional Tepozteco, Parque Otomí Mexica y Corredor Biológico Chichinautzin-, lo que ha provocado una deforestación de más de 2 mil 500 hectáreas de bosque. Los comuneros de San Juan Atzingo han documentado que en los últimos 20 años el Parque Nacional Lagunas de Zempoala ha perdido 6 mil hectáreas.

Algunos datos más para documentar el pesimismo:

• De acuerdo con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, entre 2018 y 2020 a nivel nacional se han denunciado mil 179 casos de tala ilegal, mientras que la Comisión Nacional Forestal identifica que la tala clandestina es controlada por el crimen organizado en al menos seis entidades del país.

• En 2017, en el Anuario Estadístico de la Producción Forestal se estimaba que el negocio de la madera ilegal en México rondaba los 7 mil 123 millones de pesos.

• La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales dio a conocer que a finales de 2021 existen 122 zonas críticas forestales por distintos ilícitos que se han identificado en 20 estados de la República, como tala clandestina, lavado de madera, extracción de madera sana, sobreexplotación de los recursos forestales, incumplimiento de programas de manejo, cambio de uso de suelo, incendios provocados y delincuencia organizada.

• Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en su “Estudio de Tendencias y Perspectivas del Sector Forestal en América Latina al año 2020, Informe Nacional México” señala que “México ocupa uno de los primeros lugares en tasas de deforestación en el mundo. Los rangos de las tasas de deforestación fluctúan entre 75,000 a cerca de 1.98 millones de hectáreas por año. Las estimaciones oficiales muestran una pérdida de vegetación arbolada en los últimos años de cerca de 1.08 millones de hectáreas por año cifra que se reduce a 775,800 hectáreas si solo se consideran bosques y selvas. La sobreexplotación tiene diferentesfuentes entre las que sobresalen la tala clandestina y la extracción de leña. Las estimaciones para la tala clandestina indican que el volumen de producción es de alrededor de 13 millones de metros cúbicos, mientras que el consumo de leña es estimado en cerca de 36 millones de metros cúbicos”.

El problema es grave y no va a mejorar si toda la responsabilidad queda en manos de las autoridades, en continuo debate sobre competencias federales y locales para decidirse a enfrentar el problema. La tala ilegal y la corrupción que la protege, se confabulan en contra del bosque con otros factores como pobreza, irregularidad en la tenencia de la tierra, cultivos de sobrevivencia y, desde luego, plagas e incendios.

Las autoridades ciertamente tienen trabajo qué hacer, pero todos debemos cobrar conciencia de que en el Bosque de Agua -como en todas las zonas boscosas- radica nuestra vida futura, la biodiversidad única de la región y hasta el abasto de agua pues en él se recuperan los mantos acuíferos. El daño que ha sufrido el Bosque es enorme y necesitamos empezar a sanarlo, al mismo tiempo que se atacan las causas. De todos modos, operativos exitosos, como el reciente en Huitzilac, deben seguir sucediéndose, digamos ¿uno al mes?

Zafra

El Bosque de Agua puede fenecer si seguimos con operativos minúsculos, sin liderazgo auténtico para defender lo de todos y solapando la corrupción de algunos.

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