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Con resultados que parecen irreversibles, se han alzado con el triunfo Claudia Sheinbaum Pardo para Presidente de la República y Margarita González Saravia para Gobernadora de Morelos. Los golpeadísimos gremios artísticos y culturales del país, divididos por el maltrato de AMLO y su ejecutora Alejandra Frausto, han salido a votar de manera diversa a diferencia de hace seis años que era evidente que la mayoría apoyaba a MORENA. Ante los resultados nos preguntamos cuál va a ser el papel de la Cultura y las Artes en los nuevos gobiernos federal y estatal. En Morelos, Margarita ya ha firmado compromisos claros con el sector (también dividido) y se avizora un futuro más prometedor amén de que la Ley de Cultura y Derechos Culturales que se publicó el 14 de febrero de este año así lo mandata. Ahora la gran tarea es concientizar a los alcaldes electos de los 36 municipios respecto a lo que tal Ley implica y que sus respectivas Direcciones de Cultura no pueden seguir siendo ni la caja chica ni el salón de fiestas del Presidente Municipal.

Respecto a lo que habrá de suceder con el gobierno federal en el próximo sexenio las dudas o desconfianza persistirán hasta no ver qué acciones emprende Claudia Sheinbaum para desfacer los entuertos que acometió la presente administración. Recordemos que al inicio del sexenio a científicos, académicos y agentes culturales se nos calificó de fifís y mantenidos del estado. Por cierto, una aseveración casi idéntica a la que emprendió el ultraderechista Diego Fernández de Cevallos que calificaba a artistas como “gente de vida malhonesta”. Recientemente, un grupo de trabajo de MORENA en el Senado de la República descubrió que los trabajadores de la cultura estamos en “extrema vulnerabilidad” (esto se respalda también en los censos del INEGI y divulgados en estas páginas por el colega Miguel Izquierdo).

La hoy Presidente electo de los mexicanos anunció primero tímidamente y luego contundentemente que va a apoyar la ciencia, la educación y la cultura. Es alentador pero seis años de golpeteo y pauperización del sector nos tienen en un estado de desconfianza y falta de fe. Será su labor y de quien designe al frente de la Secretaría de Cultura federal permitirnos recobrar ambas. Aún no es claro quién de los rostros que se han barajado para dirigir la institución quedará finalmente: Susana Harp, Regina Orozco, Ana Francis Mor… Claro que entre pasillos, y con rumores sembrados por ella misma, se habla de que repetiría Alejandra Frausto, con lo cual sería comenzar con un incendio en casa porque nadie toleraría su permanencia. Dudo que la Sheinbaum cometa semejante error.