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Fue un amargo regreso a la chamba la del magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado, Luis Jorge Gamboa Olea, quien en poco menos de un año se las ha ingeniado para perder prácticamente todo el apoyo al interior de la institución que hasta ahora encabeza.

Después de su triunfal primer informe en el pasado mes de mayo, cuya celebración le valió críticas de propios y extraños por su ostentación, las cosas se le empezaron a complicar con escándalos personales en oficinas públicas, acoso laboral y, lo peor, con la acusación de por lo menos un magistrado, ahora en retiro, de intentar guiar el desenlace de algunos casos, como el del triple homicidio en Huitzilac, cuyo único sospechoso arrestado goza de libertad gracias a la decisión de una jueza.

Pero eso no es todo, la total opacidad con la que el Tribunal realizó los exámenes y designaciones de nuevos jueces, entre los que figura su esposa y familiares o colaboradores de otros magistrados, y que se negó a transparentar aunque por ley son procesos públicos también figura en la lista que le recitó, personal y públicamente, el magistrado Rafael Brito, quien pidió que se subiera a la orden del día de la sesión del lunes un punto para votar la destitución del Presidente.

Gamboa Olea quizá no escuchó bien porque sometió el punto a votación y fue aprobado a pesar de las protestas de la magistrada Elda Flores y del magistrado Jaime Cantera quien, quizá por costumbre de cómo se llevan las cosas en el Tribunal, alcanzó a decir “estos temas se platican y se dialogan”.

Como narra nuestra compañera Estrella Pedroza en la crónica que publicamos hoy, al final, abandonaron el Pleno en sesión Gamboa Olea y tres magistrados más, junto con el Oficial Mayor y la Secretaria General, a pesar de las amonestaciones de los magistrados que se quedaron, “secretaria, está usted cometiendo un delito”, le alcanzaron a decir antes de que la aludida saliera del lugar, según se puede ver en un video que circuló profusamente en redes sociales desde la noche del lunes.

Las irregularidades que le recordó a Gamboa el magistrado Brito en la memorable sesión del lunes pintan de cuerpo entero a un funcionario que no solamente se siente por encima de la ley, sino que, con una oscura agenda personal, se piensa más competente e inteligente que sus homólogos, cosa que no hace mucho le costó la titularidad al Presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cuando la mayoría de sus colegas fue suficiente para obligarlo a abandonar la presidencia.

Como se recordará, hace un par de años, José Luis Vargas Valdez tuvo que renunciar a la presidencia del TEPJF cuando se dio cuenta de que no llegaría muy lejos con la mayoría de los magistrados en su contra y, muy a su pesar, tuvo que ceder.

Sin embargo, de lo que se acusa al “todavía presidente” -como le dice el magistrado Brito- es mucho más grave de lo que tuvo que soportar Vargas Valdez en su momento, aquí se podrían determinar responsabilidades incluso penales, que debería ser el siguiente paso lógico después de que deje la titularidad del TSJ.

Por lo pronto es un magistrado sin consenso, repudiado por la mayoría de sus colegas y sobre quien gravitará la incertidumbre de su imparcialidad y sentido de la justicia por lo menos por lo que reste de su desempeño en el Tribunal.

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