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Más adelante encontrará usted una nota sobre la reciente desaparición de una joven mujer en Cuautla. A Grissel Darianeth Velázquez Rosas se le perdió la pista hacer tan solo un par de días; desarrollaba su vida con normalidad hasta que, el 10 de agosto, su familia no supo de ella a partir de las ocho y media de la noche. Grissel está embarazada.

Este hecho trae a la memoria un par de notas que publicamos tan solo ayer: una, sobre el caso de Jessica Cerón, desaparecida en nuestro estado en 2012 y quien, como Grissel, estaba embarazada, por lo que su hijo o hija tendrá actualmente once años. La investigación de Jessica la asumió la Fiscalía General de la República a petición de la familia, dada la falta de resultados a nivel local.

La otra nota fue sobre el deslinde de la Fiscalía Regional de la zona sur sobre el caso de la desaparición del niño -casualmente de once años- Antonio Alexander, de Tlalquiltenango, a quien se le perdió la pista cuando acompañó a su padre al trabajo y a quien encontraron muerto. La madre de Antonio dice que, a un año de no saber nada de él, no ha recibido ningún informe sobre el avance de las investigaciones y , ahora, la Fiscalía le informó que tendría que recurrir a la Fiscalía Especializada en Desaparición de Personas. Como en el caso de Jessica, la familia de Alexander ya está buscando escalar el caso.

Como el feminicidio, la desaparición de personas es una plaga en nuestro estado de tales proporciones que supera a las restantes entidades del país. Según datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), Morelos registra 37.4 casos por cada 100 mil habitantes, lo que coloca a la entidad más de 400 por ciento arriba de la media nacional, que es de 8.5. Durante el año pasado, en Morelos se registró un aumento del 57 por ciento en reportes de personas desaparecidas con relación a 2021, pues pasó de 470 a 738.

Si en algún lugar de México se deberían abordar con urgencia y seriedad la violencia contra las mujeres y la desaparición de personas, ese debería ser el estado de Morelos. La prioridad no la pone nadie más que la realidad en la que vivimos.

Sin embargo, y a pesar de toda la buena voluntad que ha demostrado, la Comisión Estatal de Búsqueda de Morelos, hasta el año pasado, solo contaba con once personas para investigar los más de 5 mil 259 casos de personas que tienen registro de desaparición en Morelos, desde 1962 al 15 de mayo de 2023, aunque, cabe recordar, casi el 80 por ciento de estos casos se registraron a partir del 2018.

También, hay que considerar que los casos mencionados reflejan solamente aquellos que son aceptados oficialmente y en los cuales se inició algún tipo de investigación, así es que habría que sumar los incuantificables casos que no se denuncian, por lo que la cifra real podría aumentar considerablemente.

Si acaso las autoridades se compadecen de las familias desgarradas por las ausencias, habría que decirles que eso no es suficiente; lo que éstas buscan no es simpatía, sino un trabajo bien hecho, información y resultados.

Ojalá pronto encuentren a Grissel, a Alexander y a Jessica.

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