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Libros de Texto: mitos, realidades, fantasías, Torres Bodet y Fernando o Marx

Hugo Eric Flores*

Los libros de texto gratuitos han tenido una enorme importancia en el sistema educativo mexicano porque moldearon las mentes de por lo menos tres generaciones en un mundo que cambió completamente.

Posiblemente los libros que nos dieron en la escuela primaria hayan sido los únicos libros que miles de mexicanos leyeron y a los que tuvieron acceso durante toda su vida, de ahí su importancia.

Los libros escolares que empezó a repartir el gobierno en la administración de Adolfo López Mateos con la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos dirigida por Jaime Torres Bodet fueron la herramienta más importante de la educación pública por décadas, pero hoy las cosas han cambiado.

En el México actual, con 10 años de escolaridad promedio, con maestros mucho más capacitados -más del 80 por ciento con nivel de licenciatura-, y con una conectividad de internet en el país que ronda el 90 por ciento, hoy los libros tienen otro objetivo.

El verdadero propósito del “famoso libro de texto gratuito” actualmente es ser la guía del plan de estudios. Lo importante son los programas y planes de estudio y esos, de acuerdo a la información disponible, no fueron entregados con tiempo para su capacitación masiva a los maestros. La llamada “Nueva Escuela Mexicana” está a punto de zozobrar aun antes de haber nacido, y es por falta de planeación y por apresuramientos de índole político.

El mejor ejemplo son los libros que nadie conocía y que no fueron sujetos, no solo al escrutinio público, sino a mínimos consensos pedagógicos. Aunque lo cierto es que, se quiera aceptar o no, los libros gratuitos NO son la herramienta más importante en que debe basarse el sistema educativo mexicano, estamos en otro momento histórico. El libro es un mito, las computadoras y el internet no.

En plática con mi amigo Fernando González -un verdadero experto en el tema, ex subsecretario de Educación Básica y uno de los creadores del sistema-, me confirmó mis sospechas: se violó el procedimiento, la metodología, el sistema de gestión para modificar los textos y los planes de estudio.

El Acuerdo 592, que es un decreto que data de Alonso Lujambio y que todavía “está vigente” con sus modificaciones propias del tiempo, establece la “Articulación y Plan de Estudios de la Educación Básica”. Dicho acuerdo contiene los principios pedagógicos que deben sustentar el plan de estudios, las competencias, el perfil de egreso, el mapa curricular, los estándares, los campos de formación, la contextualización y los parámetros curriculares para la educación indígena forman parte de un documento científico-académico de 640 cuartillas.

El Acuerdo 592 es una norma integral nutrida por experiencias nacionales y a nivel mundial que se fue construyendo con las voces de miles de profesores y de expertos, de decenas de universidades de México y del extranjero. Hay una realidad insoslayable: las actuales autoridades educativas violaron los procedimientos establecidos para la creación de nuevos textos y planes de estudio.

La gestión del sistema para crear o modificar los programas, y por lo tanto los textos de los libros gratuitos, depende de los consensos académicos que se van construyendo en etapas de prueba. De acuerdo al procedimiento, el área de desarrollo curricular de la SEP tuvo que construir los pactos o consensos básicos y los enfoques para el plan de estudio, los cuales tuvieron que tener indicadores medibles y cuantificables.

Después, al pasar al aula donde los maestros, con técnicas pedagógicas, construyen los espacios de aprendizaje de donde surgirán las retículas curriculares que construyen las guías que serán al final los libros de texto.

Éstos, a su vez, remitirán a fuentes muchas de ellas electrónicas y a las bibliotecas escolares de cada plantel. Para los libros distribuidos en el 2011, los criterios de desempeño se pilotearon antes de liberar los libros gratuitos en 1000 escuelas; después se elaboró un informe sobre los mismos libros de texto y sobre los libros de los maestros provenientes del reporte de 5000 docentes de diferentes regiones del país.

Hay un mito de que no hay especialistas en México, si los hay y muy calificados. Hay otra realidad, los nuevos libros de texto no se pilotearon y su proceso de creación no tiene rigor académico.

Los planes de estudios, no se pueden desarrollar sin los consensos académicos básicos. La consistencia de los planes de estudio asegura que los maestros puedan enseñar de manera coherente, pero esto solo se puede hacer con un currículo estructurado que sea claro y enseñable. Los libros deben también ser inclusivos porque representan la diversidad de las regiones y de las culturas dentro de nuestra misma nación; deben promover un sentimiento de pertenencia y promover un ambiente que celebre las diferencias culturales pero siempre con respeto hacia otros. Otra triste realidad: los creadores de estos nuevos textos oficiales no han demostrado que este proceso existió.

Por ejemplo, en la educación sexual el modelo pedagógico deber ser perfectamente consultado. Éste tiene que estar basado en varias dimensiones: médico-biológica, social, emocional, ética y erótica, de acuerdo a la edad de cada estudiante. La distribución correcta y pertinente de las etapas de la sexualidad humana es fundamental, porque en el futuro ayudará al combate de enfermedades sexuales, embarazos no deseados pero, sobre todo, a tener salud mental en materia de sexualidad.

Esto no es un juego y no se puede experimentar con nuestra niñez como si fueran hámsters. Como dice mi amigo Fernando González “no somos animales, no solo es reproducirnos. La salud sexual está compuesta de emociones, de salud mental, de principios morales y éticos y todo esto debe ser consultado y consensuado”. La realidad es que para un tema tan espinoso y complejo no hubo ninguna consulta con la sociedad y menos con los padres de familia.

Es increíble que en los nuevos planes de estudio no se entienda la importancia de las matemáticas y el pensamiento aritmético; la investigación científica y la promoción de las ciencias; el desarrollo intelectual para cultivar el pensamiento lógico y abstracto; las herramientas reales y no solo con códigos QR para la solución de problemas; la preparación para la vida; las nuevas tecnologías; el patriotismo en un mundo global y la formación de valores, solo por mencionar a algunos. No hay duda, Torres Bodet debe estar revolcándose en su tumba.

Si es cierto que “la historia la escriben los vencedores” pues está claro que hay un intento por reescribir nuestra historia e imponer un modelo de educación pública favorable al régimen. La ideologización y adoctrinamiento no viene solo del contenido de los libros que, por cierto hay que decirlo, es poco, sino de lo que NO contienen. La nueva escuela mexicana sin matemáticas, ni ciencias, abonara al fracaso histórico de la 4T a menos que la detengan, en estos momentos no veo cómo.

Pero lo verdaderamente importante no es que un movimiento pase o no a la historia, sino que los niños mexicanos tengan un futuro con igualdad de oportunidades por las herramientas que les fueron proporcionadas para afrontar un mundo complejo.

Una de las mayores tragedias de México es que los recursos humanos formados durante muchos sexenios no son utilizados cuando más se les necesita. Gente profesional, con vocación y preparación se ve envuelta en las circunstancias políticas y al final sus conocimientos y capacidades no son utilizados. No solo es lealtad, también es capacidad y más cuando se trata de personas que apoyaron al régimen actual con la esperanza de una verdadera transformación.

En lo personal considero que para este proceso de la Nueva Escuela Mexicana no se necesitaba a los Marx Arriaga, se necesitaba a los Fernandos González. Que lastima, casi una tragedia.

Tampoco necesitábamos libros de texto al vapor que sirvan para hacer despegar una gran idea como lo es la Nueva Escuela Mexicana. La verdad lo que necesitamos es una computadora para cada niño mexicano y acceso universal a Internet. Eso, eso tendría más valor que libros construidos sin rigor académico y que son resultado de la mala planeación educativa.

*Político y líder del Partido Encuentro Solidario.